Esmeralda (Edelstein-Trilogie #3)

Xemerius me acompa?o volando mientras subía por la escalera.

—Si presionas hacia dentro la pared trasera de tu armario empotrado —no te costará porque solo es cartón enyesado—, podrás deslizarte a rastras hasta el trastero bajo la escalera. Y allí hay un montón de escondites posibles.

—Me parece que por esta noche me conformaré con esconderlo debajo de la cama.

Me caía de sue?o y las piernas me pesaban como si fueran de plomo. Había apagado la linterna, de modo que encontré el camino hacia mi cuarto a oscuras. Y probablemente en estado de letargo. En todo caso cuando llegué a la altura de la habitación de Charlotte ya estaba medio dormida, y por eso cuando la puerta se abrió y me quedé atrapada bajo la luz, casi se me cayó el cronógrafo al suelo del susto.

—Oh, shit —gru?o Xemerius—. Antes dormían todos como lirones, ?te lo juro!

—?No eres un poco mayorcita para llevar ese pijama de conejitos? —preguntó Charlotte.

Vestida con un camisón de tirantes finos, mi prima se apoyó graciosamente en el marco de la puerta. Los rizos le caían resplandecientes sobre los hombros. (Una ventana de los cabellos trenzados es que al mismo tiempo pueden producir efecto de tirabuzones con pátina dorada incorporada.)

—?Estás loca? ?Me has dado un susto de muerte! —murmuré para que no se despertara también la tía Glenda.

—?Por qué te deslizas de puntillas por mi pasillo en plena noche? ?Qué llevas ahí?

—?Qué quieres decir con eso de ?mi pasillo?? ?Quieres que trepe por la fachada para llegar a mi habitación?

Charlotte se aparó de la puerta y dio un paso hacia mí.

—?Qué llevas bajo el brazo? —repitió, esta vez en tono amenazador.

El hecho de que hablara en susurros lo hacía todo aún más inquietante, y además Charlotte tenía una mirada tan… peligrosa que no me atreví a pasar a su lado.

—Oh, oh —dijo Xemerius—. He aquí alguien que padece un grave síndrome premenstrual. Yo que tú no le buscaría las cosquillas.

La verdad es que tampoco tenía ninguna intención de hacerlo.

—?Te refieres a mí albornoz?

—?Ensé?ame lo que hay ahí dentro! —exigió.

Retrocedí un paso.

—?Te falta un tornillo o qué? No pienso ense?arte mi albornoz en mitad de la noche. ?Haz el favor de dejarme pasar, quiero ir a la cama!

—?Y yo quiero ver qué llevas ahí! —susurró Charlotte—. ?Crees que soy tan ingenua como tú y que me chupo el dedo? ?Te piensas que no me he fijado en vuestras miradas conspirativas y vuestros cuchicheos? Si queréis mantener alguna cosa en secreto, deberías actuar con un poco más de astucia. ?Qué había en esa arca que tu hermano y mister Bernhard han llevado a tu cuarto? ?Lo que llevas bajo el brazo?

—Hay que reconocer que la chica no es estúpida —dijo Xemerius rascándose la nariz con un ala.

A otra hora del día y con la cabeza más despejada, seguro que me habría inventado alguna historia para salir del aprieto, pero en ese momento sencillamente no tenía los nervios para eso.

—?Eso no es asunto tuyo! —resoplé.

—?Sí que lo es! —resopló a su vez Charlotte—. Tal vez yo no sea el Rubí y por tanto tampoco un miembro del Circulo de los Doce, ?pero al contrario que tú, al menos pienso como si lo fuera! No he podido oír todo lo que habéis cuchicheado en tu habitación, las puertas de esta casa son demasiado sólidas para ello, ?pero con lo que he oído tengo más que suficiente! —Dio un paso más hacia mí y se?aló mi albornoz—. ?Deberías darme lo que llevas ahí inmediatamente si no quieres que te lo coja yo!

—?Nos has espiado?

De pronto me entró miedo. ?Cuántas cosas habría oído Charlotte? ?Sabría ya lo que llevaba ?ahí? era el cronógrafo? Cronógrafo que, por cierto, desde hacía unos minutos parecía pesar como mínimo el doble de lo habitual. Para mayor seguridad, lo sujeté con las dos manos, lo que hizo que la linterna de Nick se me callera al suelo y armara un ruido de mil demonios. Aunque a esas alturas ya no estaba tan segura de querer que la tía Glenda siguiera dormida.

—?Sabías que Gideon y yo aprendimos juntos el arte del Krav Maga?

Charlotte dio un paso y automáticamente yo di uno hacia atrás.

—No. ?Y tú sabías que en este momento tienes exactamente la misma mirada que el roedor loco de La Edad de Hielo?

—Tal vez tengamos suerte y el Krav Maga sea solo una guarrada inofensiva —dijo Xemerius—. ?Como el Kamasutra! —Rió entre dientes—. Lo siento, pero en las situaciones extremas siempre se me ocurren los mejores chistes.

—El Krav Maga es una técnica de combate cuerpo a cuerpo israelí muy eficaz —me informo Charlotte—. Con una patada en el plexo podría dejarte fuera de combate o partirte la rodilla de un solo golpe.