Esmeralda (Edelstein-Trilogie #3)

Arranqué la hoja de un tirón y la doblé.

Mi abuelo levantó un momento la cabeza del infolio.

—Podría enviarte a 1852, al 16 de febrero a medianoche. Lady Tilney elapsa allí, viniendo, concretamente, del 25 de diciembre de 1929 a las nueve de la ma?ana —murmuró—. La pobre ni siquiera por Navidad puede estar tranquila en casa. Aunque al menos le dan una lámpara de petróleo. Escucha lo que dice aquí: ?Lady Tilney vuelve animada del a?o 1852, a la luz de la lámpara de petróleo ha confeccionado dos cerditos de ganchillo para el bazar de beneficencia del día de Reyes, que este a?o se celebra bajo el lema de "Vida campestre"?. —Se volvió hacia mí—. ?Cerditos de ganchillo! ?Te imaginas? Existe el peligro de que sufra el trauma de su vida si te ve aparecer de pronto surgiendo de la nada. ?Realmente queremos arriesgarnos a eso?

—Solo irá armada con una aguja de hacer ganchillo, y estas tiene la punta redondeada si no recuerdo mal. —Me incliné sobre el cronógrafo—. Bueno, pues, primero el a?o. 1852. Empiezo con la M, ?no? MDCCCLII. Y el mes de febrero, según el calendario celta, es el número tres; no, cuatro…

—?Qué demonios estás haciendo? ?Primero tenemos que vendarte la herida y volver a pensarlo con calma!

—No tenemos tiempo para eso —dije—. El día…era esta palanca de aquí, ?verdad?

Lucas me miraba por encima del hombro asustado.

—?No tan rápido! Todo debe encajar a la perfección; si no… si no… —Otra vez parecía que fuera a vomitar de un momento a otro—. Y no debes sujetar nunca el cronógrafo, porque te lo llevarías contigo al pasado. ?Y entonces ya no podrías volver!

—Como Lucy y Paul —susurré.

—Para mayor seguridad, elegiremos una ventana temporal de solo tres minutos. Pongamos de 12.30 a 12.33; a esa hora al menos ya estará tranquilamente sentada tejiendo sus cerditos. Si estuviera durmiendo, no la despiertes, porque podría darle un infarto…

—Pero entonces tendría que aparecer en los Anales, ?no? —le interrumpí—. Lady Tilney me dio la impresión de ser una persona muy fuerte. No creo que vaya a desmayarse por eso.

Lucas arrastró el cronógrafo hasta la ventana y lo colocó detrás de la cortina.

—Aquí podemos estar seguros de que no habrá ningún mueble. Sí, no pongas esa cara. ?Una vez Rimothy de Villiers aterrizó sobre una mesa con tan mala fortuna que se rompió una pierna!

—?Y si lady Tilney se encuentra justamente aquí mirando so?adoramente hacía la noche? Vamos, abuelito, no pongas esa cara, era solo una broma.

Lo empujé suavemente a un lado, me arrodillé en el suelo ante el cronógrafo y abrí el registró que se encontraba bajo el rubí. Tenía el tama?o justo de mi dedo.

—Espera un momento. ?Tu herida!

—También podemos vendarla de aquí a tres minutos. Nos veremos entonces —dije, y después de inspirar profundamente, apreté la punta del dedo contra la aguja.

Me invadió la ya familiar sensación de vértigo, y mientras la luz roja se ponía a brillar y Lucas decía ?Pero aún quería…?, todo se desvaneció ante mi vista.





De los Anales de los Vigilantes





18 de diciembre de 1745




Mientras, según dicen, el ejército de jacobitas se encuentra ya ante Derby y sigue avanzando hacia Londres, nos hemos instalado en nuestro nuevo cuartel general, confiando en que la información de que 10.000 soldados franceses se han unido a the young pretender ?Bonnie Price Charlie? no se confirme y podamos celebrar en paz la Navidad en la ciudad. No podría imaginarse un alojamiento más apropiado para nosotros, los Vigilantes, que estos venerables edificios de Temple, pues también los caballeros del Temple fueron, al fin y al cabo, guardianes de grandes secretos; la gran Temple-Church no solo está al alcance de la vista, sino que sus catatumbas también están unidas por las nuestras. Oficialmente desde aquí seguiremos desarrollando nuestras actividades, pero este lugar también nos ofrecerá la posibilidad de alojar a adeptos, novicios e invitados de fuera, y naturalmente a los criados, además de proporcionarnos espacio suficiente para instalar algunos laboratorios con fines alquimísticos. Nos alegra que lord Alastair no haya conseguido enturbiar con sus calumnias la buena relación del conde con el Prince of Walles (véase el informe del 2 de diciembre) y hayamos podido adquirir, gracias a la protección de Su Majestad, este complejo de edificios. En la Sala del Dragón se celebra hoy la solemne entrega de los documentos secretos propiedad del conde a los miembros del Círculo Interior.



INFORME: Sir Oliver Newton, Círculo Interior.





Capítulo IV