Esmeralda (Edelstein-Trilogie #3)

Lucas levantó la cabeza.

—?Y cuándo te encontrarías con ellos? No tenemos ni idea de en qué época se ocultan.

—No, pero sí que sabemos, por ejemplo, cuándo os visitaron aquí. Si yo sencillamente llegara en ese momento, podríamos conversar y juntos…

Mi abuelo me interrumpió.

—En sus visitas aquí en los a?os 1948 y 1949 desde los a?os 1992 y 1993 —con cada a?o que nombraba, el abuelo daba un golpecito sobre nuestras hojas y recorría con el índice la trayectoria de diversas flechas— Lucy y Paul aún no sabían lo bastante, y todo lo que sabían me lo dijeron. No, en caso de que lo hiciéramos, tendrías que encontrarte con ellos después de que hubieran huido con el cronógrafo. —De nuevo golpeó enérgicamente las notas con el dedo—. Eso tendría sentido, lo demás solo contribuiría a a?adir más confusión.

—Bueno, entonces… puedo viajar al a?o 1912, al sitio donde me encontré una vez con ellos, en casa de lady Tilney, en Eaton Place.

—Sería una posibilidad, sí, pero temporalmente no funcionaría… —Lucas dirigió una mirada sombría al reloj de pared—. Tú ni siquiera estabas segura de la fecha, por no hablar de la hora. Y no hay que olvidar que antes tendríamos que registrar tu sangre en el cronógrafo, porque si no, no podrías viajar en él. —Volvió a mesarse los cabellos—. Y, además, tendrías que llegar completamente sola desde aquí hasta Belgravia, y probablemente en 1912 eso no sea tan sencillo… ah, y también necesitaríamos un vestido… No, en tan poco tiempo, por mucho que queramos, es imposible hacerlo. Tenemos que pensar en otra cosa. Tengo la solución en la punta de la lengua… solo necesito un poco más de tiempo para reflexionar… además de un cigarrillo.

Sacudí la cabeza. No, no me rendiría tan deprisa. Sabía que la idea era buena.

—También podríamos llevar el cronógrafo en esta época hasta delante de la casa de lady Tilney, y yo saltaría directamente allí. Esto ahorraría un montón de tiempo, ?no? Y en lo que al vestido refiere… ?Por qué me miras así?

Lucas había abierto los ojos de par en par.

—?Oh, Dios mío! —susurró—. ?Es eso!

—?El qué?

—?El cronógrafo! ?Nieta, eres un genio!

Lucas dio la vuelta a la mesa y me abrazó.

—?Un genio? —repetí.

Ahora era mi abuelo el que se puso a dar saltitos de alegría por la habitación.

—?Sí! Y yo también —continuó—. Los dos somos unos genios, porque ahora sabemos qué hay escondido dentro del arca.

Bueno, la verdad es que yo no lo sabía.

—Ah, ?sí? —dije.

—?El cronógrafo! —gritó Lucas.

—?El cronógrafo? —repetí.

—?Es perfectamente lógico! Sin que importe la época en que Lucy y Paul se lo llevaron, de alguna manera debió de encontrar de nuevo el camino de vuelta hasta mí, y después yo lo escondí. ?Para ti! En mi propia casa. No es especialmente original, ?pero es tan lógico!

—?Eso crees?

Lo miré indecisa. Aquello me parecía un poco cogido por los pelos, pero definitivamente la lógica nunca había sido mi fuerte.

—Confía en mí, nieta, ?sencillamente lo sé! —En entusiasmo que se reflejaba en su rostro desapareció bruscamente para dar paso a una expresión reconcentrada—. Claro que esto abre un abanico de posibilidades totalmente nuevas —dijo arrugando la frente—. Ahora solo debemos… solo debemos reflexionar a fondo sobre esto. —De nuevo echó una ojeada la reloj de la pared—. Sencillamente necesitamos más tiempo, maldita sea.

—Puedo intentar que me envíen otra vez al a?o 1956 cuando tenga que volver a elapsar —dije—. Pero ma?ana por la tarde no podrá ser, porque tengo que ir al baile y encontrarme con el conde.

Al recordarlo se me encogió el corazón, y no solamente por Gideon.

—?No, no, no! —gritó Lucas—. ?De ninguna manera! Tenemos que haber dado un paso adelante antes de que te presentes de nuevo ante el conde. —Se rascó la frente—. Piensa, piensa, piensa.

—?No ves que ya me sale humo de las orejas? Desde hace ya una hora no hago nada más que pensar —le aseguré, pero era evidente que solo hablaba consigo mismo.

—Lo primero que debemos hacer es registrar tu sangre en el cronógrafo. En el a?o 2011 no conseguirías hacerlo sin ayuda, es demasiado complicado. Y luego tendré que explicarte cómo se usa el cronógrafo. —Una nueva mirada inquieta al reloj—. Si llamo ahora mismo a nuestro doctor, podría estar aquí en media hora, de modo que si tenemos suerte y lo encontramos en casa… El problema estará en explicarle por qué debe sacarle sangre de una forma totalmente oficial, para investigaciones científicas, pero tú estás aquí de incógnito y así debe seguir siendo, porque si no…

—Espera un momento —le interrumpí—. ?No podríamos hacer lo de la sangre nosotros mismos?