Leslie se incorporó en el sillón. Poco a poco su rostro se animó y las pecas empezaron a bailar en su nariz.
—A mí me pasa exactamente lo mismo —dijo sonriendo—. Quiero decir que sé que no es ningún juego y que puede tener consecuencias terribles, pero nunca me había divertido tanto como en estas últimas semanas. —Me dirigió una mirada de disculpa—. Lo siento, Gwenny, pero sencillamente es superguay tener como amiga a una viajera del tiempo inmortal; creo que mucho más guay que serlo una misma.
Me eché a reír.
—En eso sí que tienes razón. Yo también me divertiría más si pudiéramos cambiar nuestros papeles.
Raphael volvió con papel y lápices de colores, y Leslie se puso a dibujar enseguida casillas y flechas.
—Sobre todo me trae de cabeza ese asunto del aliado del conde entre los Vigilantes. —Mordisqueó el lápiz un momento—. Aunque también eso solo se basa en suposiciones, pero bueno. Bien mirado, podría ser cualquiera, ?no?: el ministro de Sanidad, ese curioso doctor, el amigable mister George, mister Whitman, Falk… y el pelirrojo bobalicón, ?cómo se llama?
—Marley —dije—. Pero no creo que sea el tipo de persona capaz de hacer algo así.
—Sin embargo, es un descendiente de Rakoczy. ?Y sabes por experiencia que siempre son los que menos te lo esperas!
—Esos es cierto —convino Raphael—. La mayoría de las veces los malvados son los que parecen más inofensivos. Hay que estar prevenido ante los tipos que tropiezan con todo y tartamudean sin cesar.
—Ese aliado del conde, llamémosle mister X, podría ser el asesino del abuelo de Gwenny. —Leslie empezó a trazar líneas y círculos sobre el papel—. Y es posible que sea también el encargado de matar a Gwenny cuando el conde haya conseguido su elixir. —Me dirigió una mirada cari?osa—. Desde que sé que eres inmortal estoy un poquito menos preocupada.
—Inmortal, pero no invulnerable —dijo Gideon.
Los tres dimos un respingo y clavamos los ojos en él sobresaltados. Había entrado en el piso sin que nos diéramos cuenta y estaba apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Seguía llevando su conjunto del siglo XVIII, y como siempre, al verle, el corazón me dio un brinco.
—?Cómo está Charlotte? —pregunté, confiando en que la pregunta sonara tan neutral como me había propuesto.
Gideon se encogió de hombros con aire cansado.
—Creo que ma?ana, cuando se despierte, tendrá que tragarse unas cuantas aspirinas. —Se acercó—. ?Qué estáis haciendo?
—Planes. —Leslie movía a toda velocidad el lápiz por el papel, con la punta de la lengua asomando entre los labios—. Y tampoco tenemos que olvidar lo de la magia del cuervo —dijo hablando más para sí misma que para nosotros.
—Gid, ?tú qué opinas? ?Quién crees que podría ser el aliado secreto del conde entre los Vigilantes? —Raphael se mordió las u?as excitado—. Yo sospecho del tío Falk. De peque?o ya me parecía un personaje de lo más siniestro.
—Bah, tonterías. —Gideon se acercó a mí y me dio un beso en el pelo; luego se dejó caer en el sillón de cuero raído de enfrente, apoyó los codos en los muslos y se apartó un mechón de pelo de la frente—. No se me va de la cabeza lo que Lucy ha dicho antes: que la inmortalidad del conde quedó sin efecto con el nacimiento de Gwendolyn.
Leslie se olvidó por completo de sus diagramas y asintió en silencio.
—?Más cuando ascienda la duodécima estrella, reanudará el curso su destino final? —citó, y me irritó tener que constatar una vez más que esas estúpidas rimas me daban escalofríos—. ?Perderá la lozanía del roble con ella, sometido al yugo del tiempo terrenal?.
—?Te sabes todos esos versos de memoria? —preguntó Raphael.
—No todos, pero es que algunos son bastante pegadizos —respondió Leslie un poco cortada, y luego dijo volviéndose hacia Gideon—: Yo lo he interpretado de este modo: cuando el conde se traga el polvo en el pasado, se vuelve inmortal; pero solo hasta que asciende la duodécima estrella, bueno, quiero decir, hasta que Gwendolyn viene al mundo. Entonces con su nacimiento, se ha acabado lo de su inmortalidad. El roble queda sometido al yugo del tiempo terrenal; es decir, el conde se vuelve otra vez mortal, a no ser que mate a Gwendolyn para detener ese proceso. Pero antes ella tiene que haber hecho posible que él consiga el elixir. Y si él no consigue el elixir, no podrá convertirse en inmortal de ninguna manera. ?Me he expresado con claridad?
—Sí, hasta cierto punto —dije, y pensé en Paul y en los metros en nuestros cerebros.
Gideon sacudió lentamente la cabeza.
—?Y si todo el tiempo hemos estado cometiendo un error en nuestros razonamientos? —preguntó hablando despacio—. ?Y si el conde hace ya tiempo que ha conseguido el polvo?
Estuve a punto de volver a decir ??Quééé??, pero logré contenerme en el último momento.