El Corredor Del Laberinto (The Maze Runner #1)

Newt le miró, le saludó con la cabeza y se acercó a él, extra?amente calmado en medio de aquel caos. Le dio un manotazo a Thomas en la espalda.

—Significa que va a llegar un pu?etero novato en la Caja —hizo una pausa como si esperara que Thomas estuviera impresionado—. Ahora mismo.

—?Y?

Cuando Thomas miró a Newt con más detenimiento, se dio cuenta de que lo que había confundido con calma era, en realidad, desconcierto. Quizás, incluso, entusiasmo.

—?Y? —repitió Newt, abriendo un poco la boca—. Verducho, nunca hemos tenido a dos novatos en el mismo mes, y menos aún en dos días seguidos.

Y, al decir eso, salió corriendo hacia la Hacienda.





Capítulo 8


La alarma por fin paró, después de atronar durante dos minutos enteros. Una multitud se había reunido en medio del patio, alrededor de las puertas de acero por las que Thomas, como advirtió sorprendido, había llegado el día anterior.

??Fue ayer? —pensó—. ?Hace tan sólo un día??.

Alguien le dio unos golpecitos en el codo y, al mirar, vio que Chuck estaba de nuevo a su lado.

—?Qué tal, judía verde? —preguntó.

—Muy bien —contestó, aunque no podía estar más lejos de la verdad. Se?aló las puertas de la Caja—. ?Por qué está todo el mundo alucinando? ?No es por eso por lo que todos estáis aquí?

Chuck se encogió de hombros.

—No sé, supongo que siempre ha sido muy regular. Una vez al mes, cada mes, el mismo día. A lo mejor el que está a cargo de todo esto ha decidido que tú eras un gran error y ha mandado a alguien para que te sustituya.

Le dio un codazo en las costillas y soltó una risita, una risa aguda que inexplicablemente hizo que el chico le cayera mejor. Thomas le lanzó una mirada asesina en broma.

—?Estás hecho un incordio!

—Sí, pero ahora somos colegas, ?no? —esta vez, Chuck se rió de verdad con una especie de resoplido chillón.

—Según parece, no me dejas muchas más opciones.

Pero la verdad era que necesitaba un amigo y Chuck le venía bien.

El ni?o se cruzó de brazos, con aire de estar muy satisfecho.

—Me alegro de que lo hayamos aclarado, verducho. Todos necesitamos un colega en este sitio.

Thomas agarró a Chuck del cuello y siguió bromeando:

—Vale, colega, entonces llámame por mi nombre: Thomas. O te tiraré al agujero cuando se marche la Caja —aquello desencadeno una idea en su cabeza cuando soltó a Chuck—. Espera un momento, ?alguna vez lo habéis…?

—?Intentado? —le interrumpió Chuck antes de que Thomas pudiera terminar la frase.

—Intentar, ?qué?

—Bajar a la Caja después de que deje la entrega —contestó Chuck—. No hace nada. No baja hasta que no está completamente vacía.

Thomas recordó que Alby le había contado lo mismo.

—Eso ya lo sé, pero ?qué hay de…?

—Lo hemos intentado.

Thomas tuvo que reprimir un quejido; aquello le estaba resultando molesto.

—Tío, es difícil hablar contigo. ?Qué es lo que habéis intentado?

—Atravesar el agujero que queda cuando se va la Caja. No se puede. Las puertas se abren, pero sólo hay vacío, oscuridad, nada. No hay cuerdas ni nada. No se puede hacer.

?Cómo era posible?

—?Lo habéis…?

—?Intentado?

Thomas sí soltó un gru?ido esta vez.

—Vale, ?qué?

—Tiramos algunas cosas por el hueco y nunca las oímos ir a parar a ningún sitio, sino que cayeron durante mucho rato.

Thomas hizo una pausa antes de responder; no quería que le interrumpiera de nuevo.

—?A ti qué te pasa, lees la mente o algo por el estilo? —puso todo el sarcasmo que pudo en aquel comentario.

—Soy brillante, eso es todo —el ni?o le gui?ó el ojo.

—Chuck, no vuelvas a gui?arme el ojo —le dijo Thomas con una sonrisa. Chuck era un poco pesado, pero había algo en él que hacía parecer las cosas menos terribles. Thomas respiró hondo y miró al grupo que estaba reunido alrededor del agujero—. ?Cuánto tiempo pasa hasta que llega el envío?

—Normalmente tarda una media hora después de la alarma.

Thomas se quedó pensando un segundo. Tenía que haber algo que no hubiesen intentado.

—?Estás seguro de lo del hueco? ?Alguna vez habéis…? —se calló para esperar una interrupción, pero no la hubo—. ?Alguna vez habéis intentado hacer una cuerda?

—Sí, lo han hecho. Con la enredadera. La más larga que se podía hacer. Digamos que ese peque?o experimento no salió muy bien.

—?A qué te refieres?

?Ahora, ?qué??, pensó Thomas.

—Yo no estaba aquí, pero he oído que el chico que se ofreció voluntario sólo había bajado tres metros cuando algo pasó por el aire zumbando y le partió por la mitad.

—?Qué? —Thomas se rió—. No me lo creo.

—?Ah, no, chico listo? He visto los huesos de ese imbécil. Le cortaron por la mitad como un cuchillo corta la mantequilla y lo guardaron en una caja para advertir a los chicos de que en el futuro no fueran tan estúpidos.

Thomas esperó que Chuck se riera o sonriera, pues aún creía que era una broma. ?Quién había oído alguna vez que hubieran cortado a alguien por la mitad? Pero no se rió.

—?Lo dices en serio?