él estaba intentando ganar un premio para ella, como los chicos clásicos. Ella se reía porque él fallaba. él se veía maravillosamente caballeroso. Ella, encantada y hermosa. En verdad, aquello parecía una cita, y lo peor es que daba la sensación de que se estaban divirtiendo.
No sé qué sentí. Por un lado, pensé que era demasiado raro verlos juntos de esa forma. Por otro, sentí un dolorcito. No eran celos, ni nada horrible o malintencionado, era tristeza, porque en el fondo yo quería estar en el lugar de Artie. Me habría encantado, esa era la verdad. Jamás había tenido una cita con nadie; nadie había intentado ganar nada para mí; nadie, nunca, me había hecho reír con tonterías. Y que él, que joder sí que me gustaba mucho, hiciera todas esas cosas con Artie era... devastador.
Pensé que no podía ser peor lo que estaba viendo.
Entonces presencié la desgarradora escena.
De repente, él se rindió al no poder ganar nada. Ella le puso una mano en el hombro en plan ?no te preocupes...?, y entonces, una cosa llevó a la otra, y acabaron dándose un beso.
No pude apartar la vista, aunque quise hacerlo. él la superaba en tama?o, y sus manos grandes y masculinas la agarraron por la cintura y la pegaron a su cuerpo. Ella se alzó de puntitas para poder rodearle el cuello con los brazos.
El beso fue intenso, profundo, sexual.
Inesperadamente, Adrik abrió los ojos y, todavía besando a Artie, me miró. Supo que estaba allí, a pocos metros, observándolo, y no se detuvo. De hecho, intensificó el beso al mismo tiempo que deslizó sus manos hacia abajo para tocarle las nalgas. Y si quiso enviarme un mensaje, lo recibí: ?La estoy tocando, la estoy besando, míralo, míranos?.
Mi corazón latió desbocado. Mis ojos, abiertos como platos. No podía ser posible que durante un momento de la noche anterior, en mi cama, hubiera dudado de ejecutar mi plan solo por Adrik. Durante un estúpido instante de debilidad había dudado en hacer algo contra Aegan. ?Ja! Qué estúpida había sido al creer que Adrik era diferente.
—?Te buscamos una camilla por si te desmayas? —escuché de repente que me decía Dash.
Volví la atención hacia él. Kiana y Dash se habían quedado alternando la mirada entre Adrik, Artie y yo desde que yo no había completado la frase del ?pero...?. Y mi cara de pasmo era demasiado obvia.
No supe ni qué mentira decir.
—Tranquila, Jude, no te vamos a juzgar —me aclaró Dash, mostrándome su apoyo, y luego esbozó una sonrisita pícara—. Admito que yo en tu lugar habría sentido la misma curiosidad..., pero por los tres.
—Lo importante es que no te gusten de verdad —opinó Kiana, mirándome con cierta suspicacia.
—No sé, la verdad es que cuando te besaba en el vídeo parecía como si pensara ?Jamás he probado nada así? —opinó Dash, y continuó analizando como un experto—. Este beso con Artie ha sido como un ?Bueno, esto es lo que hay...?.
Kiana ignoró el comentario de Dash e insistió con la pregunta:
—Es en serio, Jude, Adrik y Aegan no te gustan de verdad, ?o sí te gustan?
Oí unas risitas pícaras de Artie. Volví a mirarlos. Adrik le dijo algo en el oído y luego reanudaron su caminata por la feria. En esa ocasión se acercaron más a la rueda de la fortuna. El maldito quería estar cerca para que yo los viera, ?eh?
—No —dije, seca, contenida—. Besar a Adrik solo fue un error que hizo que ahora Artie no me hable y que la gente crea que soy... Candy Candy, enamorada de cualquier chico que se cruza en su camino.
Kiana enarcó una ceja e hizo un gesto de ?un momento?.
—?Artie no te habla porque te besaste con Adrik? —repitió como si no lo creyera.
Asentí.
Dash soltó una risa al tiempo que negó con la cabeza.
—Eso es muy hipócrita de su parte —opinó.
—?Por qué? —pregunté, con curiosidad—. Fue Adrik quien la invitó a salir y ella ya me había dicho que él le gustaba.
Dash compartió con Kiana una de esas miradas que solo entendían ellos.
—No te lo ha contado, ?verdad? —quisieron comprobar.
—?El qué? Dímelo ya —le apuré, ya sin paciencia después de lo que acababa de presenciar.
—Artie se acostó con Aegan.
Mira nada más qué sorpresita.
Abrí la boca y la cerré para decir algo, pero solo balbuceé cosas incomprensibles hasta que logré preguntar:
—Pero ?cuándo?
—El a?o pasado —me contestó Dash en un tono más confidencial, mirando alrededor—. Estuvieron juntos durante más o menos un mes. él estaba saliendo con Eli en ese momento. Fuimos a una fiesta y ahí se enrollaron. Luego él la dejó, como es normal. Ella se lo tomó bastante bien, pero era obvio que en el fondo se quedó tocada.
Alcé las cejas, todavía sorprendida.
Por esa razón Lander había dicho que ojalá ella ?lo superara?.
?Que superara su ruptura con Aegan!
Un momento...
?Un momento!
—?En serio se acostó con Aegan mientras él salía con Eli? —le pregunté a Dash para corroborar mi repentina sospecha.
—Y eso que eran amigas —asintió él, formando una fina línea de pesar con su boca—. Bueno, yo las veía juntas en ocasiones...
—Hasta que Eli se fue —dijo Kiana, y luego puso cara de extra?eza—. ?A dónde se habrá ido? No hemos vuelto a saber nada más de ella.
Claro, porque estaba muerta.
Demonios, ?cómo no lo había sospechado antes?
Dejé a Dash y a Kiana con la palabra en la boca y en un brusco impulso fui en dirección a Artie y a Adrik. Los encontré comprando algodón de azúcar.
Lo siento, interrumpiría su estúpida e ilógica cita romántica.
Sin que se lo esperara nunca, la tomé del brazo y tiré de ella hacia mí. Adrik se sorprendió, Artie se quejó y me preguntó qué demonios estaba haciendo, pero con toda mi fuerza logré apartarla hasta un punto en el que nadie podía escucharnos. Finalmente la encaré.
—Tú eras la chica con la que Aegan enga?ó a Eli —le solté—. Me mentiste.
Sí, ya era obvio.
—?Quién te ha dicho eso? —Se quedó de piedra, mirándome con esos ojos que se veían mucho más enormes por el delineado.
Seré sincera, estaba algo molesta, pero no del todo enfadada, más bien algo indignada, porque ?cómo pudo guardarse algo tan importante como el hecho de que había sido amiga de Eli? Aunque tal vez había sido culpa mía por no dudar de lo que me decía, por no haberle buscado la lógica a su historia sobre la grabación y el enga?o, por creer en la palabra de una chica a la que no conocía en lo absoluto.
—No importa quién me lo dijo —repliqué—. Importa que me lo contaste todo a tu manera y no como en realidad pasó. ?Por qué?
Artie apretó los labios al mismo tiempo que sus cejas se arquearon con aflicción, como si quisiera guardárselo todo, como si le resultara doloroso enfrentarse a lo que realmente pasó, pero tenía que decirme la verdad. Ya.
Le insistí con mi mirada dura.
Funcionó.
—?Porque me siento culpable! —soltó finalmente, muy afectada—. ?Eli nos vio salir del hotel aquel día, discutió con Aegan delante de mí, él le gritó muchas cosas y luego ella no volvió más! ?Yo soy la culpable de su desaparición! ?No volví a saber de ella! ?Anularon sus números de teléfono! ?Su familia jamás volvió a hablarme! ?Y no era lo que yo quería!
Hasta conocía a su familia. Ni siquiera podía imaginar todo lo que eso pudo haberme ayudado en mi investigación, todo lo que ella pudo haberme contado.
Bueno, yo no era la más adecuada para echarle en cara nada, ya que también ocultaba cosas. Tal vez por eso no tenía intención de discutir con ella, solo que haberme contado la historia de forma incorrecta había sido muy peligroso.
—Sabes más de Eli de lo que me dijiste. —Negué con la cabeza, un poco decepcionada—. Además, no puedo creer que teniendo este secreto me hayas reprochado ayer que me hubiera enrollado con Adrik. Me hiciste sentir culpable cuando tú cometiste el mismo error.
Artie emitió una risa amarga, nada divertida.
—Me enfadé por eso mismo —confesó—. Cometer mi mismo error puede hacer que pasen cosas como lo de Eli. ?Ya te dije que alrededor de los Cash pasan cosas malas!
—Ah, pero tú estás con un Cash ahora... —le recordé, se?alando a Adrik con un movimiento de cabeza.