El lado bueno de las cosas

Silencio.

Por un segundo, temo que no nos aplauda nadie.

Pero entonces la sala estalla en aplausos.

Cuando Tiffany se pone en pie, yo también lo hago. Como hemos practicado muchas veces, cojo a Tiffany de la mano y hacemos una reverencia; en ese momento el aplauso se incrementa y la gente se pone en pie.

Estoy feliz y triste a la vez, porque ningún familiar ni amigo ha venido a verme, pero entonces oigo el cántico de los Eagles más fuerte que he oído nunca en toda mi vida.

—?E! ?A! ?G! ?L! ?E! ?S! ?EAGLES! —Levanto la mirada y no solo veo a Jake, a Caitlin y a mamá, también está Scott con los hombres gordos y Cliff con la Invasión Asiática. Todos llevan camisetas de los Eagles y empiezan a cantar—. ?Baskett! ?Baskett! ?Baskett! ?Baskett!

En la primera fila, Ronnie me sonríe orgulloso. Me hace un gesto de aprobación levantando el pulgar de sus manos cuando establecemos contacto visual. Veronica está sonriendo y también la peque?a Emily, pero la se?ora Webster está llorando y sonriendo a la vez, y me doy cuenta de que piensa que nuestro baile ha sido realmente hermoso, lo suficiente para hacerla llorar.

Tiffany y yo salimos corriendo del escenario y las ni?as de instituto nos dan la enhorabuena con sus sonrisas, sus incrédulos ojos y su cháchara.

—Dios, eso ha sido realmente impresionante —dicen todas. Es fácil que todo el mundo admire a Tiffany, pues es una excelente bailarina y una gran coreógrafa.

Finalmente, Tiffany me mira y me dice:

—?Has estado perfecto!

—No, tú has estado perfecta —digo—. ?Crees que hemos ganado?

Ella sonríe y mira al suelo.

—?Qué? —digo.

—Pat, tengo que decirte algo.

—?Qué?

—No hay trofeo de oro.

—?Qué?

—Que no hay ganadores en el recital de ?Elimina la depresión bailando?. Solo es una exhibición. Me inventé lo del premio para motivarte.

—Oh.

—Y funcionó, porque has estado maravilloso en el escenario. Gracias. Seré tu intermediaria —dice Tiffany justo antes de besarme en los labios y abrazarme durante mucho rato. Su beso está salado a causa del baile. Es extra?o tener a Tiffany abrazándome con tanta pasión enfrente de tantas adolescentes en mallas (sobre todo porque yo voy sin camiseta y estoy recién depilado), aparte de que no me gusta que me toque nadie excepto Nikki.

—Ahora que ya hemos bailado, ?puedo volver a hablar de los partidos de los Eagles? Lo digo porque tengo muchos aficionados de los Eagles esperándome.

—Después de haberte aprendido la coreografía, puedes hacer lo que quieras, Pat —me susurra Tiffany al oído. Luego espero un buen rato a que deje de abrazarme.

Me meto en el armarito para cambiarme y cuando Tiffany me dice que ya no hay adolescentes desnudas en la parte de atrás del escenario salgo a reunirme con mis fans. Cuando bajo del escenario, la se?ora Webster me coge la mano, me mira a los ojos y dice:

—Gracias. —No deja de mirarme a los ojos, pero la anciana se?ora no dice nada más y eso me resulta extra?o.

Finalmente, Veronica dice:

—Lo que mi madre quiere decir es que lo de esta noche ha significado mucho para Tiffany.

Emily me se?ala y me dice:

—?Pap!

—Así es, Em —dice Ronnie—, el tío Pat.

—?Pap! ?Pap! ?Pap!

Todos nos reímos, pero entonces oigo a cincuenta indios cantando:

—?Baskett! ?Baskett! ?Baskett!

—Mejor ve a reunirte con tus escandalosos fans —dice Ronnie, así que me dirijo a la marea de camisetas de los Eagles. Otros espectadores que no conozco me dan palmaditas en la espalda y me dan la enhorabuena mientras me abro paso hacia ellos.

—Has estado genial ahí arriba —dice mi madre, de una forma que sé que le han sorprendido mis excelentes habilidades como bailarín. Mamá me abraza—. Estoy tan orgullosa…

Le devuelvo el abrazo.

—?Papá está aquí?

—Olvídate de papá —dice Jake—, tienes a unos sesenta hombres salvajes esperando para llevarte a la fiesta previa al partido más salvaje que hayas visto nunca.

—Espero que no hayas pensado en dormir esta noche —me dice Caitlin.

—?Listo para terminar con la maldición de Pat Peoples? —me pregunta Cliff.

—?Qué? —digo.

—Los Pajarracos no han ganado ni un partido desde que dejaste de verlos, así que esta noche tomaremos medidas drásticas para terminar con la maldición —explica Scott—. Dormiremos en el autobús de la Invasión Asiática justo a las puertas del aparcamiento de Wachovia. Cuando amanezca, empezaremos la fiesta.

—Ashwini está esperándonos en el autobús a la vuelta de la esquina —dice Cliff—. ?Estás listo?

Estoy un poco sorprendido por las noticias, sobre todo porque después de haber dado semejante recital pensaba simplemente disfrutar de un rato más de los elogios.

—No tengo mi ropa.

Pero mamá saca mi camiseta de Baskett de una bolsa que ni siquiera había visto y dice:

—Aquí está todo lo que necesitas.

—?Qué hay de mis medicinas?