Humo yespejos

Se denunció que en Tailandia y Mongolia se estaba obligando a recargar a los chicos en chicas para aumentar su valor como prostitutas.

 

En China las ni?as recién nacidas se recargaban en ni?os: las familias ahorraban todo lo que tenían por una única dosis. Los ancianos se morían de cáncer igual que antes. La crisis de la tasa de natalidad subsiguiente no se consideró como un problema hasta que fue demasiado tarde, las soluciones drásticas que se propusieron resultaron difíciles de ejecutar y condujeron, a su modo, a la revolución final.

 

Amnistía Internacional denunció que en varios de los países panárabes estaban encarcelando y, en muchos casos, violando y asesinando, a los hombres que no podían demostrar fácilmente que habían nacido varones y que no eran, en realidad, mujeres que huían del velo. La mayoría de los líderes árabes negaron que ninguno de esos fenómenos estuviera ocurriendo o hubiera ocurrido jamás.

 

VIII.

 

Rajit tiene sesenta y tantos a?os cuando lee en The New Yorker que la palabra cambio está adquiriendo connotaciones de indecencia profunda y de tabú.

 

Los colegiales se ríen avergonzados cuando se encuentran frases como ?Necesitaba un cambio? u ?Hora de cambiar? o ?Los vientos del cambio? en sus estudios de literatura de antes del siglo XXI. En una clase de inglés en Norwich risitas obscenas y horrorizadas reciben a un chico de catorce a?os que descubre la frase ?Con un cambio se renuevan las energías?.

 

Un representante de la King’s English Society escribe una carta a The Times, en la que lamenta la pérdida para la lengua inglesa de otra palabra totalmente aceptable.

 

Varios a?os después procesan de modo satisfactorio a un joven de Streatham por llevar en público una camiseta con el lema ?HE CAMBIADO! impreso con toda claridad.

 

IX.

 

Jackie trabaja en Blossoms, un club nocturno de Hollywood Oeste. Hay docenas, si no cientos, de Jackies en Los ángeles, miles por todo el país, cientos de miles por todo el mundo.

 

Algunos de ellos trabajan para el gobierno, otros para organizaciones religiosas o para empresas. En Nueva York, Londres y Los ángeles, la gente como Jackie está en la puerta de locales muy exclusivos.

 

Lo que hace Jackie es observar a la gente que va entrando y pensar, Nacido V ahora M, nacida M ahora V, nacido V ahora V, nacido V ahora M, nacida M ahora M…

 

En ?Noches naturales? (es decir: sin cambios) Jackie repite, ?Lo siento, esta noche no puede entrar? muchas veces. La gente como Jackie tiene un porcentaje de acierto del 97 por ciento. Un artículo del Scientific American sugiere que la capacidad para el reconocimiento del sexo de nacimiento podría ser de herencia genética: una habilidad que siempre existió pero que no tuvo ningún valor estricto de supervivencia hasta ahora.

 

A Jackie le tienden una emboscada en las primeras horas de la madrugada, después del trabajo, al fondo del aparcamiento del Blossoms. Y Jackie, cada vez que otra bota le patea la cara y el pecho y la cabeza y la entrepierna, piensa, Nacido V ahora M, nacida M ahora M, nacida M ahora V, nacido V ahora V…

 

Cuando Jackie sale del hospital, visión sólo en un ojo, la cara y el pecho un único cardenal inmenso y verde violáceo, recibe un mensaje, enviado con un ramo enorme de flores exóticas, que dice que su puesto de trabajo sigue vacante.

 

No obstante. Jackie coge el tren bala a Chicago y, de ahí, coge el tren de escala a Kansas City y se queda allá, trabajando como pintor y electricista, profesiones para las que Jackie se había entrenado hace mucho tiempo, y no regresa.

 

X.

 

Rajit tiene ahora setenta y tantos a?os. Vive en Río de Janeiro. Es lo bastante rico como para satisfacer cualquier capricho; sin embargo, ya no quiere practicar el sexo con nadie. Observa a todo el mundo con recelo desde la ventana de su apartamento, mientras mira fijamente los cuerpos bronceados en la playa de Copacabana, y duda.

 

La opinión que tiene de él la gente que está en la playa es igual al agradecimiento que sentiría hacia Alexander Fleming un adolescente con clamidia. La mayoría se imagina que Rajit ya debe de estar muerto. A todos les da igual.

 

Se ha sugerido que ciertos cánceres han evolucionado o mutado para sobrevivir a las recargas. Muchas enfermedades bacteriales o víricas sobreviven a las recargas. Unas cuantas incluso crecen con fuerza después de una recarga y se ha planteado como hipótesis que una variedad de gonorrea utiliza el proceso al ser transportada de un cuerpo a otro, permaneciendo latente en el portador y volviéndose infecciosa sólo cuando los genitales se han reorganizado en los del sexo opuesto.

 

Aun así, la esperanza de vida en Occidente está aumentando.

 

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