Humo yespejos

—Mi nieto es un ictiólogo, ?sabe qué es eso?

 

—Estudia peces.

 

—Ajá. él dice que sólo tienen una memoria que dura unos treinta segundos. Así que nadan por el estanque y siempre es una sorpresa para ellos, dicen ?yo nunca había estado aquí?. Se encuentran con otro pez que conocen desde hace cien a?os y dicen, ??Quién eres tú, extra?o??.

 

—?Le preguntará algo a su nieto de mi parte? —el anciano asintió con la cabeza—. Una vez leí que la vida de la carpa no tiene una duración determinada. No envejecen como nosotros. Se mueren si la gente o los depredadores o una enfermedad las matan, pero no envejecen y se mueren. En teoría, podrían vivir eternamente.

 

El anciano asintió.

 

—Se lo preguntaré. Suena bien, desde luego. Estos tres… mire, éste, le llamo Fantasma, tiene sólo cuatro o cinco a?os. Pero los otros dos llegaron de la China cuando yo vine aquí por primera vez.

 

—?Y cuándo fue eso?

 

—Eso habría sido en el a?o de gracia de mil novecientos veinticuatro. ?Cuántos a?os me echa?

 

No podía calcularlo. Parecía como si lo hubiesen tallado en madera vieja. Más de cincuenta y más joven que Matusalén. Se lo dije.

 

—Nací en 1906. Palabra de Dios.

 

—?Nació usted aquí, en Los ángeles?

 

Negó con la cabeza.

 

—Cuando yo nací, Los ángeles no era más que un naranjal, muy lejos de Nueva York.

 

Espolvoreó la superficie del agua con comida para peces. Aparecieron las tres, carpas fantasmas blanco pálido y plateadas, y nos miraron, o pareció que lo hacían, mientras las oes de sus bocas se abrían y cerraban constantemente, como si nos estuvieran hablando en algún idioma particular secreto y silencioso.

 

Se?alé la que me había mencionado.

 

—Así que ésa es Fantasma, ?eh?

 

—Sí, ésa es Fantasma. Aquella que está debajo del nenúfar, se le ve la cola, allí, ?ve? Aquella se llama Buster, por Buster Keaton. Keaton se alojaba aquí cuando recibimos los dos peces más viejos. Y ésta es nuestra Princesa.

 

Princesa era la más fácil de reconocer de las carpas blancas. Era de un color crema pálido, con una mancha carmesí intensa en el lomo, que la distinguía de las otras dos.

 

—Es preciosa.

 

—Y tanto que sí. Y tanto que lo es.

 

Entonces respiró hondo y empezó a toser, tosió y resolló con tanta fuerza que se le zarandeó el cuerpo delgado. En ese momento y por primera vez, pude verle como un hombre de noventa a?os.

 

—?Se encuentra bien?

 

Asintió.

 

—Muy bien, muy bien. Huesos viejos —dijo—. Huesos viejos.

 

Nos estrechamos las manos y regresé a mi tratamiento y a la penumbra.

 

Imprimí el tratamiento completo y se lo envié por fax a Jacob al estudio.

 

Al día siguiente vino al bungalow. Parecía disgustado.

 

—?Todo bien? ?Hay algún problema con el tratamiento?

 

—Nos están jodiendo. Hicimos una película con… —y nombró a una actriz famosa que había salido en unas cuantas películas de éxito unos a?os antes—. No podíamos perder, ?eh? Lo que pasa es que no es tan joven como era e insiste en hacer sus propias escenas de desnudo, y ése no es un cuerpo que alguien quiera ver, créeme.

 

?El argumento va de un fotógrafo que convence a mujeres para que se quiten la ropa para él y, luego, se las folla. El problema es que nadie cree que lo esté haciendo. De manera que la jefe de policía —la Sra. Dejadme que le Ense?e el Culo al Mundo—, se da cuenta de que la única forma de arrestarle es fingir que es una de sus mujeres. Así que se acuesta con él. Bueno, hay un giro inesperado…

 

—?Se enamora de él?

 

—Oh. Sí. Y entonces se da cuenta de que las mujeres siempre serán prisioneras de las imágenes que tienen los hombres de ellas y, para demostrarle su amor, cuando la policía viene a arrestarles a los dos, les prende fuego a todas las fotografías y muere en el incendio. Lo primero que se quema es su ropa. ?Qué te parece?

 

—Una bobada.

 

—Eso es lo que pensamos cuando la vimos. Así que despedimos al director y la reeditamos e hicimos un día más de rodaje. Ahora ella lleva puesto un alambre cuando se pegan el lote. Y, cuando ella empieza a enamorarse, descubre que él mató a su hermano. Tiene un sue?o en el que se le quema la ropa y después va con los cuerpos especiales para intentar reducirle. Pero entonces la hermana menor de la mujer dispara al fotógrafo, que también se la ha estado follando.

 

—?Es mejor?

 

Jacob niega con la cabeza.

 

—Es basura. Si ella nos dejara utilizar una doble para las secuencias de desnudo, tal vez no lo tendríamos tan mal.

 

—?Qué te pareció el tratamiento?

 

—?Qué?

 

—?Mi tratamiento? ?El que te envié?

 

—Claro. Aquel tratamiento. Nos encantó. Nos encantó a todos. Era sensacional. Realmente estupendo. Estamos todos entusiasmados.

 

—?Y qué sigue ahora?

 

—Bueno, en cuanto todo el mundo haya tenido ocasión de revisarlo, nos reuniremos para hablar de él.

 

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