Pero hace unos días, se capturó otro submarino, más o menos intacto, en el este del Mediterráneo. El coronel Chattan, que casualmente se encontraba por la zona, se trasladó allí con una prisa enfermiza, junto con otros bletchleyitas. Recuperaron una máquina Enigma de cuatro rotores, y aunque eso no rompe el código, les ofrece los datos necesarios para romperlo.
En cualquier caso, Hitler debe sentirse muy seguro, porque está de viaje, preparando unas vacaciones de trabajo en su retiro de los Alpes. Eso no le impidió adue?arse de lo que quedaba de Francia; aparentemente, algo relacionado con la Operación Antorcha consiguió molestarlo de verdad, así que ocupó la Francia de Vichy por completo, y luego envió un centenar de miles de hombres, y su increíble correspondiente cantidad de suministros, a través del Mediterráneo hasta Túnez. Waterhouse supone que hoy en día debe ser posible ir desde Sicilia hasta Túnez saltando desde la cubierta de un barco alemán a la siguiente.
Claro está, si eso fuese cierto, el trabajo de Waterhouse sería mucho más simple. Los aliados podrían hundir todos los barcos que quisiesen sin levantar las sospechas de ningún teutón rubio en el frente de la guerra de la teoría de información. Pero el hecho es que los convoyes son pocos y están muy separados. Exactamente cuan pocos y con qué separación son parámetros que se introducen en las ecuaciones que él y Alan Mathison Turing escriben en la pizarra durante toda la noche. Después de dedicarse a eso durante ocho o doce horas, cuando por fin el sol ha vuelto a salir, no hay nada como un vigoroso paseo en bicicleta por el campo de Buckinghamshire.
Al remontar una cresta, ven frente a ellos un bosque que ha adoptado todos los colores del fuego. Incluso las copas hemisféricas de los arces contribuyen a ofrecer un efecto realista de humo. Lawrence siente la extra?a compulsión de soltar el manillar y taparse los oídos con las manos. Pero al llegar junto a los árboles, el aire sigue estando deliciosamente fresco, el cielo azul no está manchado por pilares de humo negro, y la calma y tranquilidad de ese lugar no podría ser más diferente de lo que Lawrence recuerda.
—?Hablar, hablar, hablar! —dice Alan Turing, imitando los graznidos de un pollo. El extra?o sonido es aún más extra?o por el hecho de que lleva una máscara antigás, hasta que se impacienta y se la levanta hasta la frente—. Les encanta oírse —se refiere a Winston Churchill y Franklin Roosevelt—. Y no les importa oírse hablar el uno al otro; al menos, hasta cierto punto. Pero la voz es un canal de información terriblemente redundante, en comparación con el texto impreso. Si tomas un texto y lo pasas por Enigma, lo que no es muy difícil, la estructura familiar del texto, como, por ejemplo, la preponderancia de la letra E, se vuelve indetectable. —A continuación se vuelve a colocar la máscara sobre la cara para dar énfasis a lo siguiente—: Pero puedes deformar y permutar la voz de las formas más diabólicas que puedas concebir y seguirá siendo perfectamente inteligible para un oyente. —Alan sufre un ataque de estornudos que amenaza con romper las cintas caqui que lleva en la cabeza.
—Los oídos saben cómo descubrir las estructuras familiares —sugiere Lawrence. No lleva máscara antigás porque:
(a) no se está produciendo ningún ataque nazi con gas, y
(b) al contrario que Alan, no padece de fiebre del heno.
—Perdóname. —Alan frena de pronto y baja de la bicicleta. Levanta la rueda trasera del pavimento, la hace girar con la mano libre, luego se agacha y tira de la cadena. Contempla el mecanismo con toda atención, interrumpida por algunos estornudos.
La cadena de la bicicleta de Turing tiene un eslabón débil. La rueda trasera tiene un radio doblado. Cuando el eslabón y el radio entren en contacto, la cadena se romperá y caerá sobre la carretera. No sucede a cada vuelta; en caso contrario la bicicleta sería completamente inútil. Sólo sucede cuando el eslabón y la rueda se encuentran en cierta posición relativa.
Basándose en suposiciones razonables respecto a la velocidad que el doctor Turing puede mantener, un ciclista enérgico (digamos 25km/h) y el radio de la rueda trasera de la bicicleta (un tercio de metro), si el eslabón débil golpease contra el radio doblado a cada vuelta, la cadena se caería cada tercio de segundo.
De hecho, la cadena no cae a menos que el radio doblado y el eslabón débil coincidan. Ahora, supongamos que describimos la posición de la rueda trasera usando la 6 habitual. Por simplificar, digamos que cuando la rueda empieza en la posición donde el radio doblado es capaz de golpear el eslabón débil (aunque sólo si el eslabón débil está ahí para ser golpeado) entonces 0=0. Si usas grados como unidades, durante una revolución completa de la rueda 6 llegará hasta los 359 grados antes de volver a 0, en cuyo punto el radio doblado volverá a estar en posición de golpear la cadena. Y ahora supongamos que describes la posición de la cadena con la variable C de la siguiente forma muy simple: asignas un número a cada eslabón de la cadena. El eslabón débil tiene el número 0, el siguiente el 1, y a continuación, hasta /—I donde. es el número total de eslabones de la cadena. Una vez más, para simplificar, digamos que cuando la cadena se encuentra en la posición donde el eslabón débil es capaz de golpear el radio doblado (aunque sólo si el radio doblado está ahí para ser golpeado) entonces C=0.