El Código Enigma

Pero cuando cierra los ojos se encuentra en Guadalcanal, arrastrándose por esa última franja de tierra, corriendo frente a la marea. Las grandes olas están ya encima, atrapando a los hombres y golpeándolos contra las rocas.

 

Al final gira y ve la cala: no más que una muesca en la costa de Guadalcanal. Un centenar de metros de marisma frente a un acantilado. Tendrán que atravesar esa marisma y establecer una posición segura en la base del acantilado y si la marea no los arrastra…

 

Los Shaftoe son gente de las monta?as de Tennessee; entre otras cosas, mineros. Cuando Nimrod Shaftoe se trasladó a Filipinas, un par de sus hermanos se fueron al oeste de Wisconsin para trabajar en las minas de plomo. Uno de ellos —el abuelo de Bobby— se convirtió en capataz. En ocasiones iba hasta Oconomowoc para visitar al due?o de la mina, que poseía una casa de verano en uno de los lagos. Salían en el bote y pescaban lucios. A menudo les acompa?aban los vecinos —banqueros y due?os de fábricas de cerveza— del propietario. Así fue como los Shaftoe se trasladaron a Oconomowoc, y dejaron las minas para convertirse en guías de caza y pesca. La familia había sido muy escrupulosa en la conservación del ancestral acento sure?o y algunas otras tradiciones, como el servicio militar. Una de sus hermanas y dos de sus hermanos siguen viviendo con mamá y papá, y sus dos hermanos mayores están en el ejército. Bobby no es el primero en recibir una Estrella de Plata, aunque sí es el primero en recibir una Cruz Naval.

 

Bobby da una charla a la tropa de boy scouts de Oconomowoc. Va en cabeza en el desfile de la ciudad. Aparte de eso, durante dos semanas apenas sale de casa. En ocasiones va al patio a jugar al ?tú la llevas? con sus hermanos más jóvenes. Ayuda a papá a arreglar un muelle podrido. Chicos y chicas de cuando estaba en el instituto vienen continuamente a visitarle, y Bobby pronto descubre el truco que su padre, sus tíos y tíos abuelos ya conocían, que es no hablar jamás sobre los detalles concretos de lo sucedido. Nadie quiere saber cómo tuvo que sacarse de la pierna la mitad de las muelas de un compa?ero usando la bayoneta. Ahora esos chicos le parecen idiotas y pesos ligeros. La única persona cuya presencia puede soportar es su bisabuelo Shaftoe, de noventa y cuatro a?os y tan agudo como una tachuela, que estaba en Petersburg cuando Burnside abrió un buen agujero en las líneas confederadas con explosivos enterrados y envió a sus hombres corriendo al cráter donde fueron masacrados. Evidentemente, nunca habla de esa experiencia, al igual que Bobby Shaftoe nunca habla de su lagarto.

 

Pronto se le acaba el tiempo, y luego tiene la gran despedida en la estación de tren de Milwaukee, abraza a mamá, abraza a sus hermanas, da la mano a papá y a sus hermanos, vuelve a abrazar a mamá y parte.

 

Bobby Shaftoe no sabe nada del futuro. Sólo sabe que le han ascendido a sargento, le han separado de su antigua unidad (lo que no es tan raro, ya que es el único superviviente de su pelotón) y le han asignado a una rama del Cuerpo en Washington D.C. de la que nunca había oído hablar.

 

D.C. es un lugar bullicioso, pero la última vez que Bobby Shaftoe se había molestado en mirar los periódicos, allí no se combatía, así que evidentemente no le iban a dar un puesto de combate. De todas formas, ya ha hecho su parte, ha matado más nipos de los que le tocaban, ha ganado sus medallas, ha sufrido sus heridas. Como carece de conocimientos administrativos, espera que el nuevo puesto consista en viajar por el país siendo un héroe de guerra, elevando la moral y convenciendo a los jóvenes para que se unan al Cuerpo.

 

Se presenta, como le han ordenado, en Marine Barracks, Washington, D.C. Se trata del destino más antiguo del Cuerpo, una manzana entre el Capitolio y el Navy Yard, un cuadrángulo verde donde la banda de Marines se pavonea y los entrenadores entrenan. Casi espera ver reservas estratégicas de saliva y betún almacenadas en grandes tanques.

 

En la oficina hay dos marines: un mayor, que es su nuevo oficial al mando, y un coronel, que parece y se comporta como si hubiese nacido aquí. Es asombroso más allá de toda descripción que dos personajes de tal calibre estén allí para recibir a un simple sargento. La Cruz Naval debe haberles llamado la atención. Pero esos marines tienen Cruces Navales propias; dos o tres cada uno.

 

El mayor presenta al coronel de una forma que realmente a Shaftoe no le aclara una mierda. El coronel no dice casi nada; está allí para observar. El mayor pasa algún tiempo hojeando unos documentos mecanografiados.

 

—Aquí dice que es un gimg-ko.

 

—?Sí, se?or, sí!

 

—?Qué co?o significa?

 

—?Se?or, es una palabra china! Allí hay un comunista, de nombre Mao, y tiene un ejército. Nos enfrentamos a ellos en más de una ocasión, se?or. Gung-ho es su grito de batalla, significa ?todos juntos? o algo similar; por tanto, ?después de darles una buena zurra, se?or, se lo robamos, se?or!

 

—?Quiere decir que se ha vuelto asiático como esos otros marines de China, Shaftoe?

 

— ?Se?or! ?Al contrario, se?or, como creo que demuestra mi expediente!

 

—?Realmente lo cree? —responde el mayor incrédulo—. Tenemos aquí un interesante informe sobre una entrevista cinematográfica que hizo con un soldado [6] llamado teniente Reagan.

 

—?Se?or! ?Este marine se disculpa por su vergonzoso comportamiento durante esa entrevista, se?or! ?Este marine se desacreditó a sí mismo y a sus compa?eros, se?or!

 

—?No va a darme ninguna excusa? Estaba herido. Conmociona-do. Drogado. Sufría de malaria.

 

—?Se?or! ?No hay excusa, se?or!

 

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