—?Ping! ?Ping! —dice, imitando el sonido del sonar.
—?Ah! —responde ella—. Mi nombre es Harriet Qrtt. —Le ofrece la mano.
—Hugh Hughes —dice Waterhouse aceptándola.
—Es un placer.
—El placer es mío.
—Supongo que necesitará un lugar para alojarse. —La mujer enrojece visiblemente—. Perdóneme. He asumido que se dirige a Exterior. —Ese Exterior es el de Qwghlm Exterior. Ahora mismo están en Qwghlm Interior.
—En realidad, es del todo correcto —dice Waterhouse.
Como cualquier otro topónimo en las Islas Británicas, QwghlmInterior y Exterior son nombres increíblemente inexactos de orígenes antiguos y posiblemente cómicos. Qwghlm Interior ni siquiera es del todo un isla; está conectada por un banco de arena que solía ir y venir con las mareas, pero que ha sido aumentado con un paso elevado que contiene una carretera y una línea de ferrocarril. Qwghlm Exterior está a veinte millas.
—Mi marido y yo gestionamos una peque?a pensión —dice la se?ora Qrtt—. Sería un honor para nosotros tener en casa a un hombre asdic. —Asdic no es más que el acrónimo británico para lo que los yanquis llamar sonar, pero cada vez que se pronuncia esa palabra en presencia de Alan, adopta una expresión traviesa y comienza a llorar de risa [12].
Así que acaba en la residencia Qrtt. Waterhouse, el se?or Qrtt y la se?ora Qrtt pasan la noche rodeando la única fuente de calor: un calentador de carbón que ocupa el hueco de la chimenea. De vez en cuando el se?or Qrtt abre la puerta y arroja más carbón a las cenizas. La se?ora Qrtt sirve la cena y espía a Waterhouse. Nota su paso ligeramente asimétrico y consigue sonsacarle que en una ocasión tuvo un encuentro con la polio. él toca el órgano —en el salón hay un armonio a pedales— y ella lo felicita.
Waterhouse ve por primera vez Qwghlm Exterior a través de un imbornal. Ni siquiera sabe para qué sirve realmente un imbornal, aparte de para vomitar. La tripulación del ferry le dio a él y a la otra media docena de pasajeros instrucciones detalladas sobre cómo vomitar antes de que dejasen atrás el rompeolas de Utter Maurby, siendo el detalle más importante que si te inclinas sobre la barandilla casi con toda seguridad te caerás por la borda. Es mucho mejor ponerse a cuatro patas y apuntar a un imbornal. Pero la mitad de las veces que Waterhouse mira por uno de ellos, no ve agua sino algún punto distante en el horizonte, o a las gaviotas persiguiendo el ferry, o la silueta en tres puntas característica de Qwghlm Exterior.
Las puntas son columnas de basalto llamadas sghrs. Como estamos en medio de la Segunda Guerra Mundial, y Qwghlm Exterior es la parte de las Islas Británicas más cercana a la acción de la Batalla del Atlántico, ahora está moteada de peque?os cobertizos de radio de color blanco y le han crecido muchas antenas. Hay un cuarto sghr, mucho más bajo que los otros y que se confunde con facilidad con un simple altozano, que se eleva sobre el único puerto de Qwghlm Exterior (y, para ser exactos, único asentamiento sin contar la base naval situada al otro extremo). En lo alto del cuarto sghr se encuentra el castillo, hogar nominal de Nigel St. John Gloamthorpby-Woadmire, que va a convertirse en el nuevo cuartel general del Destacamento 2702.
Un paseo de cinco minutos permite recorrer toda la villa. Un gallo furioso persigue a unas tímidas ovejas por la calle principal. Hay nieve en las elevaciones más altas, pero aquí abajo no es más que un aguanieve gris, indistinguible del empedrado gris hasta que la pisas y caes de culo. La Enciclopedia Qwghlmiana usa profundamente el artículo definido: la Villa, el Castillo, el Hotel, e l Pub, el Muelle. Waterhouse se detiene en el Cagadero para ocuparse de algunas complicaciones posteriores al viaje por mar, y luego sube por la Calle. El Automóvil se sitúa a su lado y le ofrece llevarle; resulta que también es el Taxi. Le lleva dando una vuelta por el Parque donde ve la Estatua (antiguos qwghimianos dando una paliza a desdichados vikingos); el gesto no pasa desapercibido para el Taxista, que se mete en el Parque para que pueda ver mejor.
La Estatua es una de esas que tiene mucho que decir y en consecuencia abarca mucho terreno. El pedestal es una losa de basalto local, cubierto en un lado por lo que Waterhouse reconoce, gracias a la Enciclopedia Qwghlmiana… como antiguas runas de Qwghlm. A ojos de un filisteo ignorante, podrían parecer una interminable serie de caóticas equis, ies, uves, guiones, asteriscos y uves invertidas sans-seríf. Pero es una perdurable fuente de orgullo para…
—No nos impresionaban los romanos con Julio César —comenta el taxista—, y tampoco nos impresionaba demasiado el alfabeto.
La Enciclopedia Qwghlmiana contiene un largo artículo sobre el sistema local de runas. El autor del artículo estaba tan amargado que leerlo es una empresa casi físicamente dolorosa. La práctica qwghlmiana de rechazar el uso de curvas y bucles, formando todos los glifos con líneas rectas, lejos de ser tosca —como han afirmado algunos estudiosos ingleses— dota a la escritura de una austeridad límpida. Se trata de un estilo de escritura admirablemente funcional en un lugar en el que (después de que los ingleses talasen todos ?os árboles) la mayor parte de ?a clase intelectual sufría de congelación bilateral crónica.
Waterhouse ha bajado la ventanilla para ver mejor; aparentemente alguien ha perdido el Limpiaparabrisas. La brisa fría que le golpea la cara comienza a disipar por fin su mareo, hasta el punto que comienza a preguntarse cómo podría entrar en contacto con la Puta.