El Código Enigma

Fase 2, 3, 4,…, n—1: Nosotros [haremos más cosas, aumentando en el proceso el valor accionarial a muy buen ritmo] a menos que [la tierra sufra el impacto de un asteroide de miles de millas de diámetro, en cuyo caso se tendrán que reajustar ciertas suposiciones; ver las hojas de cálculo 397—413].

 

Fase n: Antes de que se seque la tinta en nuestros certificados del Premio Nóbel, confiscaremos las propiedades de nuestros competidores, incluyendo a cualquiera lo suficientemente estúpido para invertir en sus patéticas compa?ías. Venderemos a esa gente como esclavos. Las ganancias serán redistribuidas entre los accionistas, que apenas lo notarán, porque como demuestra la hoja de cálculo 265, para entonces la compa?ía será mayor que el Imperio Británico en su cenit.

 

HOJAS DE CáLCULOS: [Hojas y hojas de números en letra diminuta, convenientemente resumidos en gráficas que parecen todas curvas exponenciales en dirección al cielo, aunque se les ha introducido suficiente ruido seudo aleatorio para que parezcan plausibles.]

 

CURRíCULOS: Limítese a recordar el primer rollo de Los siete magníficos y no tendrá que molestarse con esta parte; tendrá que venir arrastrándose hasta nosotros sobre manos y rodillas y rogar por el privilegio de pagar nuestros salarios.

 

Para Randy y los demás, el plan de negocio sirve de Torah, calendario maestro, texto motivador y tratado filosófico. Es un documento dinámico y vivo. Las hojas de cálculo son palimpsestos, conectados a las cuentas corrientes y a los registros financieros de la compa?ía de forma que se ajustan automáticamente al entrar o salir dinero. Beryl se encarga de ese aspecto. Avi se encarga de las palabras —el plan abstracto subyacente, y los detalles concretos que dan forma a esas hojas de cálculo— que interpretan los números. La parte del plan correspondiente a Avi también muta, cada semana, a medida que recibe nuevos datos de artículos enAsian Wall Street Journal, conversaciones con miembros del gobierno en mugrientos karaokes de Shenzhen, datos remotos recogidos por satélites y oscuras revistas técnicas que analizan los últimos avances en la tecnología de fibra óptica. El cerebro de Avi también digiere las ideas de Randy y el resto del grupo y las incorpora al plan. Cada tres meses toman una instantánea del plan de negocio en su estado actual, lo maquillan un poco y lo envían a los inversores.

 

El Plan Número Cinco está a punto de ser enviado junto con el primer aniversario de la compa?ía. Un borrador preliminar ha sido enviado a cada uno de ellos hace un par de semanas en un mensaje cifrado, que Randy no se ha molestado en leer, dando por supuesto que conocía su contenido. Pero algunas peque?as se?ales que ha recibido los últimos días le indican que sería mejor que se enterase de qué dice de verdad.

 

Arranca el portátil, lo conecta al teléfono, abre el programa de comunicaciones y marca un número en California. Esto último resulta fácil, porque se trata de un hotel moderno y Kinakuta tiene un sistema telefónico moderno. Si no hubiese sido fácil, muy probablemente hubiese sido imposible.

 

En un peque?o armario de cableado, mal ventilado, perpetuamente a oscuras y que huele a plástico, instalado en una oficina alquilada por Novus Ordo Seclorum Systems Incorporated, encajada entre una compa?ía de depósitos y una agencia de viajes chárter en el edificio de oficinas más banal imaginable de la era disco en Los Altos, California, un módem despierta y envía ruidos por el cable. El ruido viaja bajo el Pacífico como un conjunto de centelleos por un filamento de vidrio tan transparente que si el océano estuviese hecho del mismo material, podrías ver Hawai desde California. Finalmente, la información llega hasta el ordenador de Randy, que reenvía ruido como respuesta. El módem de Los Altos es uno de una media docena conectados a la parte de atrás de un mismo ordenador, una torre PC típica de marca genérica, que lleva ocho meses funcionando noche y día. Hace siete meses apagaron el monitor porque malgastaba electricidad. Luego John Cantrell (que es miembro del consejo de Novus Ordo Seclorum Systems Inc., e hizo las gestiones para colocarlo en el armario de la compa?ía) tomó prestado el monitor porque uno délos programadores que trabajaba en la última versión de Ordo necesitaba una segunda pantalla. Más tarde, Randy desconectó el teclado y el ratón porque, sin monitor, sólo podían permitir la entrada de información errónea. Ahora no es más que un obelisco blanco que sisea débilmente sin ningún interfaz humano excepto un ciclópeo LED verde que mira directamente a un paisaje de cajas de pizza vacías.

 

Pero hay un grueso cable coaxial que lo conecta a Internet. El ordenador de Randy habla con él durante unos momentos, negociando los términos de un Protocolo Punto-a—Punto, conexión PPP, y a continuación el peque?o portátil de Randy también forma parte de Internet; puede enviar datos a Los Altos, y el solitario ordenador de allí, que se llama Tombstone [13], los enviará en la dirección general de cualquiera de las otras varias decenas de millones de máquinas de Internet.

 

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