Bruja blanca, magia negra

Contuve la respiración y Marshal cortó por lo sano.

 

—De acuerdo —dijo deslizándose para dejar un poco de espacio entre nosotros—. Perdona. Olvida lo que acabo de decir. Soy un perfecto inútil interpretando el lenguaje no verbal. Mea culpa.

 

?Mea culpa? ?Todavía hay gente que utiliza esa expresión? Sin embargo, ignorar lo que acababa de decir no era tan sencillo, sobre todo cuando yo misma llevaba semanas dándole vueltas a lo mismo en mis momentos de estupidez. Así que, humedeciéndome los labios, dije cuidadosamente sin levantar la vista del libro de mi regazo:

 

—Me lo he pasado muy bien contigo estos dos últimos meses.

 

—No pasa nada, Rachel —me interrumpió, alejándose aún más en el largo y descolorido sofá—. Olvida todo lo que he dicho. Y ahora, será mejor que me marche, ?de acuerdo?

 

El pulso se me aceleró.

 

—No te estoy pidiendo que te vayas. Te estoy diciendo que me he divertido mucho contigo. Cuando llegaste, estaba pasando un periodo muy difícil. Todavía me duele, pero me he reído mucho, y me gustas. —él levantó la vista, con las mejillas sonrosadas y en sus ojos marrones una vulnerabilidad que no había visto antes. Mi mente evocó el momento en el que estaba sentada en el suelo de la cocina, sin nadie que me ayudara a levantarme. Entonces inspiré profundamente, asustada—. Yo también he estado pensando.

 

Marshal suspiró, como si se acabara de deshacer un nudo en su interior.

 

—Cuando estuviste en el hospital —dijo rápidamente—, te juro que, de pronto, vi lo que habíamos estado haciendo durante los dos últimos meses y sentí que algo se rompía en mi interior.

 

—Tampoco se estaba tan bien allí —respondí con sarcasmo.

 

—Y luego Jenks me contó que te derrumbaste en la cocina —a?adió con una sincera preocupación—. Sé que puedes cuidar de ti misma, y que tienes a Ivy y a Jenks…

 

—La línea me desgarró el aura —expliqué—. Fue muy doloroso.

 

Mi mente recordó de repente la envidia que sentí cuando estuve sentada toda la noche junto a Marshal escuchando cómo Robbie hablaba de Cindy, radiante. ?Por qué yo no podía disfrutar de una estabilidad como aquella?

 

Marshal se movió para cogerme la mano, aunque el espacio que nos separaba parecía demasiado grande para ello.

 

—Tú me gustas, Rachel. Y mucho —dijo en un tono que casi me dio miedo—. Y no porque tus piernas sean muy sexis y tengas sentido del humor, ni porque te emociones en las escenas de persecución, o porque invirtieras tu tiempo en bajar a un cachorrito de un árbol.

 

—Aquello fue realmente extra?o, ?verdad?

 

Sus dedos apretaron los míos, haciendo que bajara la vista.

 

—Jenks me ha dicho que pensabas que estabas sola y que podrías cometer una estupidez intentando salvar a ese fantasma.

 

Al oír aquello, renuncié por completo a toda muestra de frivolidad.

 

—No estoy sola.

 

Quizás Mia tenía razón, pero deseaba con todas mis fuerzas que no la tuviera. Y aunque así fuera, podría arreglármelas sola. Lo llevaba haciendo toda mi vida, y se me daba muy bien. Pero no quería. Entonces me estremecí, ya fuera por el frío o por la conversación, y Marshal frunció el ce?o.

 

—No quiero echar a perder lo que tenemos —dijo Marshal con voz queda en la absoluta quietud de una tarde invernal. Lentamente se aproximó, y yo dejé en el suelo el libro de mi regazo para reclinarme sobre su costado, comprobando cómo me sentía a pesar de que estaba tensa e indecisa; sentía que todo encajaba, lo que me resultó preocupante—. Quizás es suficiente con ser amigos —a?adió como si de verdad lo estuviera considerando—. Nunca he tenido una relación tan buena con una mujer como la que tengo contigo, y soy lo bastante sensato y estoy lo bastante cansado como para dejar que las cosas sigan como están.

 

—Yo también —dije, con un punto de decepción. No debería estar apoyándome en él, enga?ándole. Era un peligro para todos aquellos que me importaban, pero los hombres lobo se habían retirado, y también los vampiros. Iba a conseguir que Al entrara en razón. Deseaba que Jenks se equivocara cuando decía que perseguía lo inalcanzable para justificar el hecho de estar sola. En aquel momento tenía una relación estupenda con Marshal. Solo porque no fuera física, no quería decir que fuera menos real. ?O sí? Quería preocuparme por alguien. Quería amar a alguien, y no quería tener miedo de hacerlo. No podía permitir que Mia se saliera con la suya.