Allí se esconderían. U opondrían resistencia.
Sabía que no podían llegar arriba del todo; sólo esperaba que los laceradores no pudieran mirar o que no miraran por encima de ellos. O, al menos, esperaba poder vencerlos desde allí arriba, uno a uno, en vez de que le arrollaran todos en el suelo. No tenía ni idea de lo que se le avecinaba, no sabía si estaría vivo al día siguiente. Pero allí, colgados de la enredadera, Thomas y Alby se enfrentarían a su destino.
Pasaron unos minutos más antes de que Thomas viera el primer rayo de luz brillar en las paredes del Laberinto que tenía enfrente. Los terribles sonidos que había oído intensificarse durante la última hora se convirtieron en un chirrido agudo mecánico, como el grito de muerte de un robot.
Una luz roja a su izquierda atrajo su atención. Al volverse, estuvo a punto de pegar un chillido; había una cuchilla escarabajo a tan sólo unos centímetros de él, con sus patas largas y flacas asomando por entre la hiedra y, de alguna forma, enganchadas a la piedra. La luz roja de su ojo era como un peque?o sol, demasiado brillante para mirarla directamente. Thomas entrecerró los ojos e intentó centrarse en el cuerpo del escarabajo.
El torso era un cilindro plateado de unos siete centímetros de diámetro y veinticinco de largo. Doce patas articuladas le recorrían la parte trasera y se extendían de tal modo que aquella cosa parecía un lagarto dormido. La cabeza no resultaba visible porque el rayo de luz roja apuntaba en su dirección, aunque parecía peque?a; tal vez le sirviera únicamente para ver.
Pero, en ese momento, Thomas vio la parte más escalofriante. Creía haberla visto antes, en el Claro, cuando la cuchilla escarabajo había pasado a toda prisa por delante de él hacia el bosque. Ahora lo confirmaba: la luz roja de su ojo proyectaba un espeluznante resplandor sobre cinco letras mayúsculas que le cubrían el torso, como si las hubiesen escrito con sangre:
CRUEL
Thomas no podía imaginarse por qué estaba estampada esa única palabra en la cuchilla escarabajo, a menos que su función fuera indicar a los clarianos que era mala. Cruel.
Sabía que tenía que ser una espía de quienquiera que les hubiese enviado allí. Alby le había contado que los creadores utilizaban a los escarabajos para observarles. Thomas no hizo ningún ruido y aguantó la respiración con la esperanza de que el escarabajo sólo detectara el movimiento. Los segundos pasaron lentamente mientras sus pulmones ansiaban el aire.
Con un chasquido y luego un ruido seco, el escarabajo se dio la vuelta y se marchó correteando, desapareciendo entre la hiedra. Thomas cogió una gran bocanada de aire, después otra y notó que la enredadera le apretaba alrededor del pecho.
Otro chillido metálico se oyó en el Laberinto, esta vez más cerca, seguido de una oleada de maquinaria acelerada. Thomas intentó imitar el cuerpo inanimado de Alby, que colgaba fláccido en la enredadera.
Y, entonces, algo dobló la esquina de enfrente y avanzó hacia ellos. Algo que había visto antes, pero a través de la seguridad de un grueso cristal. Algo indescriptible.
Un lacerador.
Capítulo 19
Thomas se quedó mirando aterrorizado la criatura monstruosa que se abría camino por el pasillo del Laberinto.
Parecía un experimento que hubiera salido fatal, algo sacado de una pesadilla. Parte animal, parte máquina, el lacerador rodaba y chasqueaba por el suelo de piedra. Su cuerpo era similar al de una babosa enorme, con un poco de pelo y brillante por la baba, que se hinchaba y desinflaba de forma grotesca al respirar. No se le distinguía ninguna cabeza ni ninguna cola, pero de delante a atrás mediría al menos unos dos metros de largo y más de uno de grosor.
Cada diez o quince segundos, unos pinchos afilados de metal salían de su carne bulbosa y toda la criatura se convertía de repente en una bola que giraba hacia delante. Después, se acomodaba y parecía orientarse, y los pinchos volvían a hundirse en su piel húmeda con el nauseabundo sonido de un sorbo. Hizo lo mismo una y otra vez, desplazándose sólo unos pasos en cada ocasión.
El Corredor Del Laberinto (The Maze Runner #1)
James Dashner's books
- The Eye of Minds
- The Kill Order (The Maze Runner 0.5)
- Virus Letal
- The Maze Runner Files (Maze Runner Trilogy)
- Rising Fears
- The Hunt for Dark Infinity (The 13th Reality #2)
- The Blade of Shattered Hope (The 13th Reality #3)
- The Void of Mist and Thunder (The 13th Reality #4)
- The Rule of Thoughts (The Mortality Doctrine #2)
- The Journal of Curious Letters (The 13th Reality, #1)