El lado bueno de las cosas

—Sí, y es una camiseta buena, no una de esas baratas.

—?Una camiseta de Hank Baskett auténtica! —dice—. Eso fue muy amable de tu parte, Pat. Me parece que Tiffany realmente necesitaba un abrazo y se lo diste porque eres un buen muchacho.

No puedo evitar sonreír, pues realmente estoy tratando de ser un buen muchacho.

—Lo sé, pero ahora me sigue a todas partes.

—?Qué quieres decir?

Así que le cuento a Cliff que desde el día de la cena, cada vez que voy a tirar la basura o que salgo a correr, Tiffany está fuera esperándome con su chándal y su cinta rosa para la cabeza.

—Muy educadamente, le dije que no me gusta correr con otras personas y que me dejase solo, pero ella me ignoró y simplemente se puso a correr unos metros por detrás de mí todo el rato. Así cada día, y sigue haciéndolo. De alguna manera sabe lo que voy a hacer y siempre está ahí cuando salgo al atardecer, y me sigue a todas partes. Corro deprisa y sigue conmigo. Corro por calles peligrosas y me sigue. Nunca se cansa, y sigue corriendo tras de mí hasta que paramos en la puerta de mi casa. Ni siquiera me dice hola o adiós.

—?Por qué no quieres que te siga? —pregunta Cliff.

Así que yo le pregunto a él cómo se sentiría Sonja, su mujer, si una mujer que estuviese buena lo siguiera cada vez que saliese a correr.

Sonríe como hacemos los hombres cuando estamos solos y hablamos de mujeres de manera sexual, y dice: —?Así que crees que Tiffany está buena?

Eso me sorprende, pues no sabía que los terapeutas pudieran hablar como hacen los amigos. Eso me hace preguntarme si Cliff piensa que ahora yo soy su amigo.

—Claro que está buena —digo—, pero estoy casado.

Se vuelve a coger la barbilla y pregunta: —?Cuánto hace que no ves a Nikki?

Le digo que no lo sé.

—Quizá un par de meses —contesto.

—?Realmente crees eso? —dice cogiéndose la barbilla de nuevo.

Cuando le digo que sí, oigo esa voz que grita en mi cabeza, e incluso digo la palabra que empieza por ?j?. Inmediatamente me siento mal, pues Cliff me estaba hablando como a un amigo, y las personas cuerdas no gritan ni maldicen a sus amigos.

—Lo siento —digo cuando Cliff empieza a parecer asustado.

—No pasa nada —responde mientras fuerza una sonrisa—. Debería creer que realmente crees lo que me dices. A mi mujer le gustan las películas extranjeras. ?A ti te gustan las películas extranjeras?

—?Con subtítulos?

—Sí.

—Odio ese tipo de películas.

—Yo también —dice Cliff—, sobre todo porque…

—No hay finales felices.

—Exacto —dice Cliff poniendo un dedo en mi cara—, la mayor parte del tiempo son deprimentes.

Asiento para mostrar que estoy de acuerdo, aunque hace mucho tiempo que no veo ninguna película y no lo haré hasta que Nikki regrese, pues ahora estoy viendo la película de mi vida mientras la vivo.

—Mi mujer solía suplicarme que la llevase a ver esas películas extranjeras con subtítulos a todas horas. Era como si cada día me pidiese que fuésemos a ver películas extranjeras, así hasta que cedí y empecé a llevarla. Todos los miércoles por la noche íbamos al cine Ritz y veíamos alguna película deprimente. ?Y sabes qué?

—?Qué?

—Al cabo de un a?o simplemente dejamos de ir.

—?Por qué?

—Dejó de pedírmelo.

—?Por qué?

—No lo sé. Pero quizá si te tomas algún interés en Tiffany y le pides que vaya a correr contigo o a cenar un par de veces, puede que dentro de unas semanas se haya cansado de perseguirte y te deje en paz. Dale lo que quiere y puede que luego ya no lo quiera. ?Entiendes?

Lo entiendo, pero no puedo dejar de preguntarle: —?Realmente crees que funcionará?

Y Cliff se encoge de hombros de una manera que me hace creer que sí lo hará.





COMPARTO CEREALES


De vuelta a casa de la oficina de Cliff le pregunto a mamá si piensa que pedirle a Tiffany una cita puede ser la mejor manera de deshacerme de ella de una vez por todas, a lo que mamá responde:

—No deberías tratar de deshacerte de nadie, necesitas amigos, Pat. Todo el mundo los necesita.

No respondo nada. Tengo miedo de que mamá esté planeando que me enamore de Tiffany, pues cada vez que llama ?amiga? a Tiffany se le pone una sonrisa en la cara y parece esperanzada. Eso me preocupa muchísimo, pues mamá es la única persona de la familia que no odia a Nikki. También sé que mamá mira por la ventana cuando salgo a correr porque al regresar me dice:

—Veo que tu amiga ha aparecido de nuevo.

Mamá aparca el coche, apaga el motor y ofrece: