—Y yo con mis dientes —a?adió Riley. Caminó hacia Victoria acompa?ado por Mary Ann—. La protección de la princesa es mi tarea, y no permitiré que le ocurra nada. Ni siquiera por parte de su prometido.
?Ha dejado a sus hermanos protegiendo a tus amigos en el rancho, y al padre de Mary Ann?, dijo Elijah. ?Está solo. Y éste, hijo mío, es el final que siempre temí para ti, el mal del que no vas a poder escapar. Tienes que luchar solo contra ese monstruo?.
?No puedes permitir que te maten hoy?, dijo Caleb. ?Tienes que ir a una reunión con las brujas?.
—No voy a morir —dijo él. Eso lo sabía con certeza; todavía no tenía las tres cicatrices en el costado. Aunque eso no significaba que no fuera a rezar, muy pronto, para estar muerto.
—Tu confianza es absurda, humano —dijo Dmitri con furia.
Sin embargo, los guardias no se habían movido todavía, y los otros vampiros lo estaban mirando fijamente, incluso sonriendo. Tal vez estuvieran pensando que aquél era otro de los entretenimientos de la noche.
—Mi padre… —insistió Victoria, pero Dmitri la interrumpió con una carcajada.
—Ah, ?no te lo había dicho? —abrió los brazos y se dio la vuelta—. Permíteme que lo remedie. Por favor, atención —dijo, y todos los ojos se fijaron en él—. Bienvenidos, amigos, a esta magnífica celebración. Estoy seguro de que os preguntáis dónde está el invitado de honor. Aunque no quiero aguarle la fiesta a nadie, tengo una mala noticia. Todos sabéis que Vlad había quedado muy debilitado debido a su despertar prematuro.
?No?, pensó Aden, que barruntaba lo que iba a suceder. ?No, no, no?.
Victoria se echó a temblar.
—Todos sabéis que aunque estuviera debilitado, seguía siendo un guerrero formidable. Todavía era más fuerte que la mayoría de nosotros. Bueno, que la mayoría de vosotros. Pero no más fuerte que yo —dijo, y le lanzó a Victoria una mirada sombría.
—?Qué estás diciendo? —preguntó ella.
—Estoy diciendo que su decisión de permitir que tu amigo humano viviera fue un error. Debería haberte controlado mejor, porque quien no puede controlar a su propia hija no puede reinar sobre una raza entera. Estoy diciendo que ha muerto. Yo mismo terminé con él esta ma?ana.
Lo anunció en tono de satisfacción, mientras el ambiente se llenaba de murmullos y gritos. Por encima de todos los sonidos, sin embargo, se oían los gemidos de Victoria.
—?No! ?No!
?Sí?, pensó Aden, ?y yo le he ayudado. Desperté a Vlad. Lo debilité?. ?Lo odiaría Victoria cuando se diera cuenta?
—Vamos, anímate, Victoria. Luchó como un rey, y estuvo a punto de vencerme. Pero al final gané yo. Y, como conquistador, reclamo todo lo que es suyo. Su gente. Su hija, que siempre fue mi prometida. Soy el rey. Ahora lo controlo todo. ?Ha comenzado una nueva era!
Victoria negó con la cabeza.
—?Quieres que te lo demuestre?
Dmitri dio una palmada, y dos vampiros salieron de un lateral de la casa portando un catafalco sobre el que yacía un cuerpo ennegrecido de hollín, de rasgos irreconocibles. Llevaba tres anillos en la mano izquierda, todos parecidos a los de Victoria, y una corona sobre la cabeza calva.
—No —jadeó Victoria—. Padre.
Se oyeron gritos de furia, pero pocos, para sorpresa de Aden. La mayoría de los vampiros vitorearon y aplaudieron.
—Siempre admiré a tu padre —dijo Dmitri—, pero como cualquier guerrero que se precie, admiro más el poder. Vi la oportunidad y la aproveché. Creo que Vlad lo hubiera entendido. Y un día, cuando hayas olvidado a este humano, me darás las gracias. Necesitas que te guíe una mano fuerte, Victoria, y Vlad no lo estaba haciendo bien.
—Tú… tú… —Victoria no pudo seguir hablando. Estaba aturdida. ?Cuánto tiempo faltaba para que se desmoronara de desesperación?
—Lleváoslos a todos, excepto al chico —dijo Dmitri, y los guardias avanzaron.
Antes de que Aden pudiera reaccionar, arrancaron a Victoria de su lado. También apresaron a Riley, a Mary Ann y a todos los que intentaron protestar. Había demasiados esbirros, y dominaron con facilidad a sus amigos.
él se volvió hacia Dmitri.