Sel me toca la barbilla y me mueve para que lo mire.
—Camlann ha llegado. Estamos en guerra. Contra los sombríos y los morganas. Contra enemigos que tal vez se escondan a plena vista. —Hace una pausa mientras me estudia los rasgos—.
Necesitas…
—Estás unido a Nick —interrumpo con voz débil.
Sel me estudia y ve cómo me duele el corazón. Me suelta con un suspiro quedo. Las palabras no pronunciadas cuelgan pesadas entre nosotros, pero deja que se disipen en el aire, hasta otro momento.
Sé que tiene razón. Necesito un mago del rey. Ahora soy la pieza más importante del tablero. Mi vida está ligada a las líneas y, al haber despertado, los sombríos vendrán a por mí. Pero…
?Nos enfrentaremos a las sombras. Siempre lo hemos hecho?.
El barítono de Arturo resuena en mi pecho. Una campana que toca demasiado cerca. Sel levanta una ceja, pero no dice nada ante la llama mística que me escapa de la piel.
Vera zumba dentro de mí. Incluso ahora, siento la fuerza que posee. Suficiente para retener a Arturo y su llamada con facilidad, hasta que accedí a escucharlas.
?Ser una leyenda tiene un precio, hija mía. Pero no temas, no lo soportarás sola?.
Si me concentro, casi siento los tres latidos detrás de las costillas. Ritmos diferentes. Orígenes diferentes. Todos míos.
Me estremezco.
—?Nos vamos de aquí?
Esboza una sonrisa.
58
Caminamos despacio la una junto al otro por el claro abierto de campo junto a la cantera.
El silencio de Sel es como un bálsamo en comparación con el estridente alboroto de voces en la logia. Las manos en los bolsillos, la clara línea de su perfil bajo el sol y la relajada postura de sus hombros al caminar, todo ello alivia las afiladas aristas de mi ansiedad y me permite por fin respirar y pensar.
Enumeremos los hechos.
Nick me ayudó a descubrir más verdades de las que sabía que buscaba y ahora es él quien está perdido.
A pesar de que su herencia se ha desmoronado bajo el peso de mis verdades, si fuera yo la que estuviera en las garras de Isaac y corriera el riesgo de ser perseguida por la línea de Morgana, sé que haría todo lo posible para traerme de vuelta. Y yo haré todo lo posible para rescatarlo.
No sé si se debe a nuestras herencias, a nuestras líneas de sangre o a lo que hemos forjado juntos por nuestra cuenta, pero siento la ausencia de Nick como una herida abierta en el pecho.
Lo quiero.
Llevo a Nick en el corazón y él me lleva en el suyo. Esto es irrefutable, da igual cómo haya sucedido ni cuándo ni por qué, pero no pienso volver a perder a alguien a quien quiero. No cuando tengo el poder de salvarlo.
Un mal impronunciable me ha dado a Arturo y la resistencia de Vera me ha dado poder, pero yo me he ganado mi voluntad.
La Orden es ahora mi corte, lo quiera o no. La Mesa esperará que los lidere.
Tengo miedo, pero, como dijo Vera, no estoy sola.
Cuando me agacho para desatarme los cordones, mi compa?ero se apoya en un roble y nuestras miradas se cruzan. Un ligero cosquilleo pasa entre los dos como una bendición; todo lo contrario de lo que vivimos la última vez que estuvimos aquí juntos.
Sel no me pregunta a qué hemos venido. No pregunta por qué me quito las deportivas. No pregunta por qué hago un ovillo con los calcetines y los guardo dentro de cada zapato. Siento el calor de su mirada en la espalda mientras paso descalza a su lado y me adentro en el bosque por donde hemos llegado. Satisfecha con la distancia, me agacho en la tierra y miro al cielo. Hundo los dedos en la tierra fría y ella me envía susurros a través de los brazos.
Introduzco los dedos de los pies en los recuerdos enterrados de cuerpos pasados, cuerpos que huyen y cuerpos que se abren paso.
Por eso estoy aquí. Necesito un horizonte salvaje, un momento de claridad que me pertenezca solo a mí antes de volver a la batalla.
Se acabaron el antes y el después. Solo existe el ahora.
Me lanzo hacia adelante y la fuerza de mil ejércitos canta a través de mis músculos. Sobrevivir. Resistir. Prosperar. Cada pisada resuena en mis articulaciones como el martillo de un herrero y me retumba en los huesos, los ligamentos y los tendones, hasta que el bosque se desdibuja en una corriente de verde musgo y marrón pardo.
Corro cada vez más deprisa.
Hasta que estoy en el aire.
Dejo la tierra y los árboles muy atrás.
Nota de la autora
En muchos sentidos, la historia de Bree es mi historia. Cuando mi madre murió, me enteré de que acababa de convertirme en la tercera generación consecutiva de hijas que perdían a sus madres a una edad temprana. Que sepamos. Fue una comprensión dolorosa, rápida e imposible, y fue el momento exacto en el que Bree y Legendborn empezaron a tomar forma.
La muerte está plagada de extra?as ironías; en ocasiones, cuando era ni?a, veía la herida de mi madre, pero no entendía su naturaleza. Tuve que perderla para reconocer esa herida como el dolor de la pérdida, y, por supuesto, el acontecimiento que me ayudó a entenderla mejor es el mismo que se la llevó. Quería comparar notas, pero mi historia no funciona así. En su lugar, escribí mi propia explicación.
Para crear la magia y el legado que responden a las preguntas de Bree, me apoderé del patrón de pérdida en mi linaje materno y tejí ese patrón con las cualidades místicas del mundo de las mujeres de mi familia. La historia de Bree es, en el fondo, la historia de alguien que quiere entender el papel de la muerte en su vida.
Trata de la maternidad y la filiación de las mujeres negras. Pero también es la historia de alguien que quiere entender y honrar a su madre y a sus antepasadas.
El duelo y el trauma
Legendborn aborda varios tipos de traumas. El trauma relacionado con el duelo de Bree está directamente extraído de mis propias experiencias. En el libro, sufre un duelo agudo, un trastorno de estrés postraumático y los primeros síntomas del trastorno por duelo complejo persistente, reflejados según mi comprensión actual y no profesional de estas condiciones. Este es una adición relativamente reciente al DSM-5 que sigue en proceso de investigación.