Empiezo a tener fe en que papá se ponga de buen humor, pero cuando los Eagles hacen el saque lo resume de manera negativa y dice:
—No lo celebres demasiado, recuerda lo que nos pasó la semana pasada. —Casi parece que se lo dice a sí mismo, que se recuerda que no debe tener muchas esperanzas.
La defensa va muy bien y hacia el final del primer cuarto L. J. Smith marca un touchdown. El marcador está 14-0. A pesar de que han echado a perder partidos mejores, parece claro que hoy están siendo superiores. Mis pensamientos se confirman cuando Akers marca un punto extra y mi padre salta y empieza a cantar:
—Volad, Eagles, volad.
Me levanto y canto con él, los dos hacemos el baile final en el que representamos las letras con nuestros brazos y piernas.
—?E! ?A! ?G! ?L! ?E! ?S! ?EAGLES!
Entre un cuarto y otro, mi padre me pregunta si tengo hambre y cuando le digo que sí pide una pizza y me trae una cerveza Budweisser de la nevera. Con los Eagles ganando 14-0 todo son sonrisas, y mientras bebemos cerveza me dice:
—Ahora solo necesitamos que tu chico, Baskett, haga una parada o dos.
Es como si hubieran respondido a las plegarias de mi padre; en la primera jugada del segundo cuarto, gracias a McNabb, Baskett consigue ocho yardas. Mi padre y yo vitoreamos al debutante.
La pizza llega a mitad del partido, cuando los Eagles van 24-3.
—Si Jake estuviera aquí sería perfecto —dice mi padre—, sería un día perfecto.
Mi padre y yo habíamos estado tan contentos que me había olvidado de que Jake no estaba con nosotros.
—?Dónde está Jake? —pregunto. Pero papá ignora la pregunta.
En el tercer cuarto los de San Francisco se están acercando peligrosamente a la zona de yardas de los Eagles cuando el defensa Mike Patterson coge el balón y corre hacia la zona contraria. Papá y yo estamos de pie vitoreando al defensa mientras recorre todo el campo. Después de eso los Eagles van 31-3.
San Francisco marca unos cuantos touchdowns en la segunda mitad del cuarto, pero ya no importa, el partido está básicamente fuera de su alcance. Al final quedamos 38-24 y mi padre y yo cantamos el cántico ?Volad, Eagles, volad? y hacemos el baile una vez más para celebrar la victoria de los Eagles. Luego papá apaga el televisor y se va a su estudio sin siquiera decirme adiós.
La casa está silenciosa.
Habrá una docena de botellas de cerveza en el suelo, la caja de la pizza está aún sobre la mesita de café y sé que la pila está hasta arriba con los platos y la sartén que papá ha usado para prepararse el filete. Como estoy practicando lo de ser bueno, pienso que debería recoger la salita para que mamá no lo haga. Llevo las botellas de Bud al contenedor de reciclaje y tiro la caja de la pizza al contenedor de basura. Cuando vuelvo a entrar veo que hay muchas servilletas de papel en el suelo y me agacho a recogerlas. Veo una bolita de papel arrugada bajo la mesita de café.
Cojo la bola, la abro y me doy cuenta de que son dos folios. Reconozco la letra de mamá. Extiendo los folios sobre la mesita de café.
Patrick:
Tengo que decirte que ya no voy a permitirte que cuestiones las decisiones que tomamos juntos; tampoco voy a permitirte que me desautorices (especialmente delante de otras personas). He encontrado una amiga que me ha animado a defenderme con más fuerza para ganarme de nuevo tu respeto. Que sepas que hago esto para salvar nuestro matrimonio.
Tienes dos opciones: devolver el monstruoso televisor que has comprado, y así todo volverá a la normalidad, o mantener el monstruoso televisor y cumplir las siguientes condiciones:
Sentarte a cenar a la mesa con Pat y conmigo cinco noches a la semana.
Salir a pasear media hora con Pat o conmigo cinco noches a la semana.
Tendrás una conversación diaria con Pat en la cual le harás al menos cinco preguntas y escucharás sus respuestas. Luego me lo contarás a mí por la noche.
Tendrás que hacer alguna actividad con Pat y conmigo, como cenar en un restaurante, ir al cine, ver una película, ir al centro comercial, tirar unas canastas en el patio de atrás, etc.
Si no logras cumplir ni la primera ni la segunda condición me obligarás a ir a la huelga. Ya no limpiaré la casa, ya no compraré, no haré la comida, no lavaré la ropa y no haré la cama. Hasta que decidas qué opción prefieres debes saber que tu esposa está en huelga.
Con mis mejores intenciones,
JEANIE