Save Us (Maxton Hall #3 )



El entrenamiento de hoy fue una pesadilla. James, Wren y Cyril no volvieron, lo que no sólo hace que el ambiente en el equipo sea malo, sino que también lleva al entrenador al límite de la resistencia. Ordenó tantas rondas adicionales alrededor del campo que al final apenas siento las piernas y tengo miedo de vomitar por agotamiento. Lo que más me gustaría es correr a casa, a la cama, y olvidarme de toda la horrible semana.

Pero Roger Cree nos invita una cerveza en el Black Fox, y como no quiero otra noche solitaria, voy con el resto de los chicos.

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Este a?o escolar se suponía que iba a ser nuestro mejor a?o. Ahora sonrío con lástima al recordar la credulidad del cachorro de las vacaciones pasadas. Todo ha cambiado desde entonces: Wren, desde que se mudó a una casa más modesta, apenas nos mira a los ojos, Cyril no ha aparecido por la escuela durante una semana, James está tratando desesperadamente de complacer a su padre, Lydia y Ruby al mismo tiempo.

Y yo... dejé que mi mejor amigo me rompiera el corazón, y ahora tengo que aceptarlo.

Kesh, como el resto del equipo, también está en el pub. Está sentado con el portero de reserva en la mesa de madera oscura al otro lado de la habitación. No le presto atención, pero cada vez que levanto la vista de la cerveza, siento su mirada oscura sobre mí. Como si no me fuera a perder de vista en toda la noche. Reflejo mis pensamientos al pasado.





Puedo sentir sus manos, su piel, sus labios, puedo oír su voz en mis oídos, palabras sin sentido, que susurra cuando lo acaricio.

El hecho de que acabo de terminar mi tercera cerveza no ayuda a suprimir estos recuerdos.

Siempre que pienso que puedo olvidar los momentos que hemos pasado juntos, una mirada a él es suficiente para hacer que todo vuelva con doble fuerza. No sé cuánto tiempo más tomará. Especialmente porque todavía estamos tratando de ser amigos. No puedo deshacerme de él, por mucho que lo intente. Y ciertamente no cuando me mira así desde el borde de un vaso.

—Escucha, ?qué le pasa a James y al resto de tu manada?— Roger me está hablando y me saca de mi mente.

—?Qué?— No sé de qué habla al principio. Pone el vaso en la mesa.

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—?Honestamente? Empiezo a sospechar que estás tratando deliberadamente de volar este equipo.— Lo miro desde debajo de las cejas.

—No sé a qué te refieres.

—Beaufort ya casi no viene a la práctica porque prefiere aburrirse en las reuniones del comité organizador. No he visto a Fitzgerald y Vega en semanas. Sin mencionarte a ti. Sabes lo mal que lo estás haciendo.

Me congelo en medio de una quietud con una cerveza en la mano. Me gustaría derramarlo sobre su cabeza.

—?Qué es lo que sabes? —...estoy lanzando un montón de cosas feroces. —Si James no hubiera sido suspendido el semestre pasado, no habrías tenido la oportunidad de entrar en el equipo.





No tienes ni idea de a qué se enfrentan mis amigos ahora mismo, así que mejor que tengas cuidado con lo que dices.

Cree se está volviendo un poco duro.

—Aún así me gustaría entrar en el equipo. Afrontémoslo, cada uno de nosotros tiene sus propios problemas, pero seguir rompiendo con la práctica... Ustedes se creen muy importantes, pero son unos bastardos disidentes que tienen demasiado tiempo y dinero.

Me levanto de la silla con tanta energía que se cae al suelo. Doy un paso hacia Roger y quiero agarrar su brazo, pero entonces alguien pone su mano en mi hombro.

No tengo que dar la vuelta para saber quién. Si no lo reconociera por su suave pero firme brazo, sería por el olor único. Me encanta el olor. Tanto es así que a veces después del entrenamiento le pido prestado desodorante, 116

alegando que olvidé el mío, aunque obviamente eso no es cierto.

—Vamos, Alistair.— Habla en voz baja a mis espaldas. Le quito la mano del hombro, mirando constantemente a Roger.

—Espera.

Roger se ríe amargamente. —Puede que Beaufort se esté equilibrando todo el día, pero no llega a entrenar. El capitán no deja a sus hombres en problemas.

—Escucha, llevas en el equipo menos de un a?o y ya crees que tienes derecho a juzgar a James? No tienes ni idea de cuánto le debe este equipo.

Si no fuera por él, no estaríamos aquí.— Hablo tan alto que la gente a nuestro alrededor interrumpe las conversaciones y observa la situación. No me importa. Las palabras de Roger me llevaron a una pasión. Y cuando Kesh me toca el hombro de nuevo, me enojo aún más.





Le doy la espalda. —No me toques. —Gru?o y le quito la mano.

—Sin mencionar a ustedes dos...— Roger está tirando sin piedad.

—Todo el mundo sabe que tú...

El pánico en los ojos de Kesh me hace actuar de manera reflexiva: me doy la vuelta y golpeo con el pu?o en la cara de Roger con todas mis fuerzas. Siento sus huesos crujiendo bajo mis nudillos, le golpeo en algún lugar entre el ojo y la nariz, o ambos. Los cris se quejan y aterrizan, y entonces estalla el caos. El resto del equipo está fuertemente rodeado, Kenton recoge a Roger, alguien me lleva de vuelta. Aún no he terminado.

Quiero atacar de nuevo, quiero asegurarme de que mantenga la boca cerrada y no diga tonterías sobre el hombre más importante de mi vida.

Desafortunadamente, no va a suceder. Kesh me saca, a la vuelta de la esquina, a un peque?o callejón detrás de la barra. Ahí es donde me deja ir.

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Me paro de espaldas a él, respirando fuerte, apretando constantemente los pu?os.

—No tenías que hacerlo.— Kesh rompe el silencio después de mucho tiempo. Incluso desde esa distancia recibimos música rock a todo volumen en el pub. Trato de concentrarme en los sonidos, no en él, que está tan cerca de mí, ni en el hecho de que acabo de golpear a un compa?ero de equipo.

No tenías que hacerlo.

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