El Código Enigma

—Por debajo del cincuenta por ciento.

 

Esa cifra mágica desencadena una epidemia de suspiros, gemidos y movimientos en los asientos por parte de los responsables de Epiphyte Corp., que colectivamente poseen el cincuenta por ciento de las acciones de la compa?ía. Mientras exploran las ramificaciones en sus cabezas, comienzan a mirar fijamente a Randy.

 

Al fin, Randy se pone en pie y despliega las manos como si quisiese contenerlos.

 

—Vale, vale, vale —dice—. ?Dónde nos deja eso? El plan de negocios afirma, una y otra vez, que la red de Filipinas es razonable por sí misma… y que podemos convertirla en un negocio independiente en cualquier momento y ganar dinero. Por lo que sabemos, sigue siendo cierto, ?no?

 

Avi lo medita antes de emitir el comunicado cuidadosamente preparado.

 

—Tan cierto como lo ha sido siempre.

 

Esa declaración obtiene una risita y una serie de aplausos sarcásticos por parte de los otros. ?Qué listo eres Avi! ?Qué haríamos sin ti?

 

—Vale —dice Randy—. Así que si nos quedamos con el Dentista, aunque ahora el proyecto para nosotros sea irrelevante, es de esperar que ganemos dinero suficiente para no tener que vender más acciones. Podremos retener el control de la compa?ía. Por otra parte, si rompemos nuestra relación con AVCLA, los socios del Dentista nos cubrirán de demandas… lo que pueden hacer virtualmente sin coste, o riesgo. Nos enfangamos en los tribunales de Los Angeles. Tendremos que volver, testificar y hacer declaraciones. Gastaremos toneladas de dinero en abogados.

 

—E incluso podríamos perder —dice Avi.

 

Todos ríen.

 

—Así que debemos quedarnos —concluye Randy—. Tenemos que trabajar con el Dentista queramos o no.

 

Nadie dice nada.

 

No es que estén en desacuerdo con Randy; al contrario. Es que Randy ha sido el encargado de los asientos de Filipinas, y el que acabará manejando la desafortunada situación. Recibirá en persona toda la fuerza del impacto. Es mejor que se ofrezca voluntario a que se le tenga que obligar. Ahora se está ofreciendo voluntario, alto y claro, en toda una actuación. Los demás actores del conjunto son Avi, Beryl, Tom, John y Eb. La audiencia está compuesta por los accionistas minoritarios de Epiphyte Corp., el Dentista y los diversos jueces todavía por asignar. Es una actuación que nunca se hará pública a menos que se presente una demanda contra ellos y los suba a todos al estrado para que la cuenten bajo juramento.

 

John decide hundir un poco más la paleta.

 

—La financiación de AVCLA en Filipinas es especulativa, ?no?

 

—Correcto —dice Avi con autoridad, actuando directamente para los hipotéticos jurados del futuro—. En los viejos días, los que tendían cable vendían primero la capacidad para conseguir el capital. AVCLA lo hace con su propio capital. Cuando esté terminado, lo poseerán en todo, y venderán la capacidad al mayor postor.

 

—No todo es dinero de AVCLA… no son tan ricos —dice Beryl—. Han conseguido mucha pasta de NOHGI.

 

—?Qué es? —pregunta Eb.

 

—Nigata Overseas Holding Group Inc. —dicen al unísono tres personas.

 

Eb parece desconcertado.

 

—NOHGI tendió el cable profundo de Taiwán a Luzón —dice Randy.

 

—En todo caso —dice John—, lo que quiero decir es que el Dentista está cableando Filipinas como estaba previsto y se encuentra muy expuesto. Cualquier cosa que retrase la terminación de ese sistema va a causarle enormes problemas. Eso hace necesario que cumplamos con nuestras obligaciones.

 

John está diciendo al hipotético jurado en Dentista vs. Epiphyte Corp.: ?Respetamos escrupulosamente los términos de nuestro contrato con AVCLA.?

 

Pero eso no va a sonar tan bien al hipotético jurado de la otra demanda hipotética por parte de los accionistas minoritarios, Springboard vs. Epiphyte Corp. Por tanto, Avi se apresura a a?adir: —Como creo que ya hemos establecido, después de una cuidadosa discusión de las cuestiones, cumplir nuestras obligaciones con el Dentista es parte ineludible de nuestra obligación para nuestros propios accionistas. Esos dos objetivos están interrelacionados.

 

Beryl pone los ojos en blanco y lanza un profundo suspiro de alivio.

 

—Por tanto, cableemos Filipinas —dice Randy.

 

Avi se dirige a él en tono formal, como si descansase las manos, en este mismo instante, sobre una Biblia de hotel: —Randy, ?crees que los recursos que se te han asignado son suficientes para cumplir nuestras obligaciones contractuales con el Dentista?

 

—Debemos reunimos para ese asunto —dice Randy.

 

—?Puede esperar hasta pasado ma?ana? —pregunta Avi.

 

—Claro. ?Por qué no?

 

—Tengo que ir al ba?o —dice Avi.

 

Es la se?al que Avi y Randy han empleado muchas veces en el pasado. Avi se pone en pie y va al ba?o. Un momento más tarde, dice Randy: —Ahora que lo pienso… —Y le sigue.

 

Se sorprende al encontrarse a Avi meando. Por impulso, Randy se baja la cremallera y comienza a mear a su lado. No se le ocurre lo excepcional del hecho hasta que ya lo está haciendo.

 

—?Qué pasa? —pregunta Randy.

 

—Bajé al vestíbulo esta ma?ana para cambiar dinero —dice Avi—, ?y adivina quién entró en el hotel, recién llegado del aeropuerto?

 

—Oh, mierda —dice Randy.

 

—El Dentista en persona.

 

—?Sin yate?

 

—El yate viene siguiéndole.

 

—?Venía alguien con él?

 

—No, pero puede que más tarde.

 

—?Por qué está aquí?

 

—Puede que se haya enterado.

 

—Dios. Es la última persona a la que me gustaría encontrarme ma?ana.

 

—?Por qué? ?Hay algún problema?

 

—Nada que pueda indicar explícitamente —dice Randy—. Nada dramático.

 

—?Nada que, si se hiciese público más tarde, te hiciese parecer negligente?

 

—No lo creo —dice Randy—. Simplemente el asunto de Filipinas es complicado y debemos hablar de ello.

 

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