Había hablado con Jake acerca de su amenaza, pero lo pasé mal imaginándome a Ronnie diciéndole esas cosas a Tiffany. Y sé que Tiffany está diciendo la verdad porque parece realmente herida y vulnerable, sobre todo porque parece que está mordiendo la parte de debajo de su labio como si fuera un chicle. Seguramente, Ronnie le diría eso a Tiffany en contra de los deseos de Veronica. Su mujer nunca le permitiría decir algo tan potencialmente da?ino para el ego a Tiffany, y pensar en Ronnie prohibiendo a Tiffany ir a mi fiesta hace que me sienta orgulloso de mi mejor amigo, especialmente porque hizo eso en contra de los deseos de su mujer para protegerme a mí.
?Los amigos importan más que una tía?, es lo que Danny me decía cada vez que me lamentaba por Nikki, tiempo atrás, cuando ambos estábamos en el lugar malo, antes de que lo operaran por segunda vez. En la clase de arte terapéutico, Danny incluso me hizo un peque?o póster con esas palabras escritas en letras doradas. Lo colgué en la pared de mi habitación y la de mi compa?ero, Robbie, al volver al lugar malo, pero una de las endemoniadas enfermeras quitó la obra de arte de Danny cuando yo no estaba en la habitación; me lo confirmó Robbie pesta?eando y golpeándose la cabeza con el hombro. Incluso me di cuenta de que la frase es un tanto sexista (porque ?tía? no es una palabra apropiada para referirse a una mujer). Decir: ?Los amigos importan más que una tía? en mi mente me hace sonreír, sobre todo porque Ronnie es mi mejor colega en New Jersey, ahora que Jake y Danny viven en Filadelfia.
—Lo siento, Pat. ?Es eso lo que quieres oír? Bien, lo diré otra vez, lo siento mucho, joder, lo siento de verdad.
Incluso cuando Tiffany utiliza la palabra que empieza por ?j?, su voz se quiebra como la de mamá cuando dice algo que realmente siente, y eso me hace pensar que quizá Tiffany empiece a llorar justo aquí en el puente.
—Soy una persona que lo fastidia todo, que ya no sabe cómo comunicarse con la gente a la que quiere. Pero sentía todo lo que te dije en la carta. Si yo hubiera sido tu Nikki, habría vuelto a ti el día de Navidad, pero no soy Nikki. Lo sé. Y lo siento.
No sé qué responder, de modo que me quedo de pie durante varios minutos, sin decir nada.
De repente, por alguna extra?a razón, quiero contarle a Tiffany el final de mi vieja película. Me imagino que debería saber el final, sobre todo porque ella ha tenido un papel protagonista. Y entonces, las palabras se me desparraman.
—Decidí enfrentarme a Nikki solo para hacerle saber que recuerdo lo que pasó entre nosotros, pero que no le guardo ningún rencor. Mi hermano me llevó hasta mi antigua casa en Maryland, y resulta que Nikki aún vive allí, lo que me pareció algo raro, sobre todo porque tiene a un nuevo yo: el tío este, Terry, el que trabaja con Nikki como profesor de inglés y que siempre solía llamarme bufón inculto porque nunca leía libros de literatura —digo, dejando aparte el tema del estrangulamiento y los pu?etazos a Terry desnudo cuando me lo encontré en la ducha con Nikki—. Si yo fuera Terry, probablemente no querría vivir en la casa del ex marido de mi mujer porque eso es algo raro, ?no?
Tiffany no dice nada cuando paro, por lo cual, simplemente, continúo hablando.
—Cuando íbamos por mi antigua calle, estaba nevando, que es algo aún más extra?o en Maryland, y por tanto algo increíble para los ni?os. Tal vez no había ni dos centímetros en el suelo, una miseria, pero lo suficiente para recogerla con las manos. Vi a Nikki fuera con Terry, y estaban jugando con dos ni?os; por los colores en los que iban vestidos, me imaginé que el que iba vestido de azul marino era un ni?o y la que iba prácticamente de melocotón era una ni?a aún más peque?a. Después de pasar por delante, le dije a Jake que diera la vuelta a la manzana y aparcara el coche a casi un kilómetro de allí para que pudiéramos ver a la nueva familia de Nikki jugando en la nieve. Mi antigua casa está en una calle muy concurrida, por lo que no íbamos a llamar la atención de Nikki. Jake hizo lo que le dije y luego paró el motor, pero dejó el limpiaparabrisas en marcha para que pudiéramos ver. Bajé mi ventana, porque estaba en el asiento trasero debido a la escayola, y vimos a la familia jugando durante un largo rato, tanto rato que al final Jake encendió de nuevo el motor y puso la calefacción porque hacía mucho frío. Nikki llevaba la larga bufanda a rayas verdes y blancas que yo solía llevar a los partidos de los Eagles, un abrigo marrón claro y manoplas rojas. Sus rizos rojizos colgaban libres bajo un sombrero verde. Estaban teniendo una guerra de bolas de nieve; la nueva familia de Nikki estaba teniendo una bonita guerra de bolas de nieve. Se veía que los ni?os querían a su padre y a su madre; y que el padre amaba a la madre; y que la madre amaba al padre; y que los padres amaban a sus hijos, ya que todos se lanzaban la nieve los unos a los otros de una forma encantadora, haciendo turnos, riéndose y cayéndose sobre sus forrados cuerpos unos encima de otros, y…