Después de la euforia anterior no hay rastro, el whisky ya no me da alas, ahora parece ser un peso caliente y desagradable en mi estómago.
Kesh baja la música. Nos sentamos. James tira el abrigo al suelo, se recuesta y esconde su rostro en sus manos. Parece muy cansado cuando finalmente se vuelve hacia mí y me mira con ojos oscuros.
—Tomé estas fotos— comienza él. —En la primera fiesta después de las vacaciones. No nos conocíamos entonces.— Asiente con la cabeza.
—No sabía qué harías con lo que sabías sobre Lydia. Pensé que necesitaba un gancho para ti.
—?Qué sabía ella sobre Lydia?— Le pregunta Kesh. Con una ceja fruncida.
James suspira fuerte. —No fue Ruby la que tuvo la aventura con Sutton.— Alistair deja su mano con la botella.
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—?Lydia y Sutton?— pregunta incrédulo. Aunque bebió al menos el doble que yo, es sorprendentemente rápido para ponerle las manos encima.
—?En serio?
—?Y por eso tu padre está tan loco?— Kesh adivina.
—Sí.— Un momento de silencio. —Y también porque Lydia está embarazada.
—?James!— Dejo salir. ?Cómo puede revelar su secreto de esa manera? Pero tengo la sensación de que no lo diría si no tuviera su permiso. Probablemente sabía que él vendría aquí y querría hablar con nosotros.
James me está tomando la mano, apretando ligeramente. Mueve su pulgar sobre mi piel.
—Lydia me pidió que te dijera... Mi padre la echó y la envió con nuestra tía, a Beckdale.— Siento que todo el asunto está inmovilizado.
—Joder...— Alistair dice. Le pasa la botella a James, pero sacude la cabeza en negación.
—?Cómo se enteró de eso?— Wren arruga su frente.
—De Cyril.— James casi escupe su nombre.
Me sorprende que no vea nuestros dedos entrelazados. Es algo nuevo para mí también.
—?Qué? ?Qué quieres decir?
—Vio a Lydia con Sutton el sábado. Puedes imaginarte cómo reaccionó a eso. Todos sabemos cuánto tiempo ha estado enamorado de ella. Fui a verlo más tarde para hablar de ello, y luego me robó el móvil.
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—James mueve la cabeza con incredulidad como si aún no lo entendiera.
—Yo quería estar con él, y él lo usó descaradamente. Le dio las fotos a mi padre para asegurarse de que Sutton desapareciera de la vida de Lydia para siempre.— Me mira. —Y tú de la mía.
Así que, aquí está la gran B del sobre.
Mortimer Beaufort hizo que nos ajustaran las fotografías a mí y al Sr.
Sutton y las envió al director Lexington para deshacerse de los dos.
—Dos asados en un solo fuego—, digo con voz ronca.
—No puedo creerlo.— Wren murmura en voz baja. —No puedo creer que Cyril haya caído tan... bajo.
—Un hombre infeliz enamorado puede ir a cosas inauditas—, se?ala Kesh con una cara sombría.
—?Y ahora qué?— pregunta Alistair. —Después de todo, no podemos permitir que Lydia sea expulsada hasta el fin del mundo y que Ruby sea expulsada de la escuela.
Me gusta más y más cada momento.
—Tengo que hacer que Cyril diga la verdad—, James dice. Me mira.
—Irás a Oxford.— Lo dice con firmeza, como si estuviera convencido de sus palabras. —No importa lo que tenga que hacer.
Antes de que pueda responder a nada, Wren habla: —Puedes contar con nosotros.
Kesh y Alistair murmurarán afirmativamente.
Miro a James, que a su vez mira a sus amigos. Veo gratitud en sus ojos y puedo sentir claramente el vínculo que se ha formado a lo largo de los 53
a?os. De los cuatro emana la confianza mutua y la lealtad incondicional.
Y de repente mi situación ya no parece tan desesperada como hace unas horas.
La pulsación en mis sienes se vuelve más y más insoportable con cada hora. Incluso la píldora que Alistair tomó del botiquín de su madre no ayudó. Al contrario, tengo la impresión de que el dolor de cabeza empeora cuanto más tiempo estoy de pie.
No me quiero ir. Tengo a Lydia sollozando en mis oídos todo el tiempo. Estas palabras me han estado molestando durante horas.
No dejes que me eche, James.
Presiono mis dedos en la nariz para aliviar la presión en mis ojos.
Desafortunadamente, no ayuda.
He fallado en todo, como hermano y como hombre. Si eso fuera posible, iría a Beckdale en vez de a Lydia. Si eso fuera posible, le daría a Ruby mi lugar en Maxton Hall para que pudiera terminar sus estudios.
Desafortunadamente, en este momento, los deseos no ayudan mucho.
—James—, oigo a Ruby susurrando.
—?Sí?
—Salí corriendo de la escuela.
Doblo mi cabeza, busco su vista. Desde las farolas, hay suficiente luz que cae como para hacerme ver sus pupilas dilatadas y sus mejillas sonrojadas. Le pedí a Percy que nos llevara a la entrada de Gormsey, 54
esperando que un corto paseo la despejara al menos parcialmente. Si hubiera vuelto a casa como la encontré en casa de Alistair, seguramente me habría quemado en los ojos de sus padres.
Su cuerpo está un poco tembloroso. No pienso mucho, me quito el abrigo y la envuelvo para mantenerla caliente. Me faltan las palabras. Sólo puedo frotar sus hombros y tratar de calentarla. Hace un sonido extra?o, que probablemente era para reírse, pero se convirtió en un sollozo en el camino.
—Salí corriendo de la escuela. ?Entiendes?
Mi corazón me está apretando. No. No lo entiendo. No quiero entenderlo. Tampoco quiero aceptar que es todo culpa mía. ?Me mirará Ruby a los ojos cuando esté sobria y se dé cuenta de que fui yo quien le causó su miseria?
—No tengo ni idea de qué hacer.— Susurra sin rodeos. —Con esa nota en los periódicos, no me admitirán en ninguna escuela. Y sin graduación, no tengo oportunidad de estudiar. Tendré que buscar un trabajo para no agobiar a mis padres.— Aunque parpadea desesperadamente, las lágrimas siguen fluyendo. Ruby está respirando rápidamente. Puedo sentir el dolor que me está dando.