Save Us (Maxton Hall #3 )

Wren enciende la se?al de giro, nosotros giramos en el siguiente camino lateral. Diez minutos más como mucho y llegaremos a James.

Cuando la música se calla esta vez, Wren no la vuelve a encender.

—No se trata de ti.— él responde después de mucho tiempo. —No podía imaginar que después de más de quince a?os de amistad, de repente ya no somos importantes para él.

—No, no lo es. Eres más importante para él que todos los demás — Wren sonríe.

—Lo dudé por un momento. Probablemente porque yo también tenía muchas cosas en la cabeza.

Asiento con la cabeza en un ensue?o.

—Y además...— Por un momento Wren está buscando las palabras 34

adecuadas. —No lo he visto así en semanas. Ha sido profundamente infeliz durante mucho tiempo. Su padre es un terrible imbécil, y aunque James nunca me lo dijo, sé que si pudiera elegir, nunca trabajaría en Beaufort. No cambiará eso, pero desde que te conoció, está más... relajado.

Más tranquilo.

Puedo sentir mi corazón calentándose.

—Quiero que sea feliz.— Wren me está mirando desde la diagonal.

—Y está contigo…— Busca las palabras adecuadas, pero aún no ha terminado. —Cuando Alistair me dijo que estabas suspendida, y de repente te vi en Gormsey, sólo quería ayudarte. No tengo malas intenciones.

Palabra de honor.

—Está bien.

—Además... Cada vez entiendo mejor a James. Tal vez esto también tenga algo que ver.





Ya tengo una pregunta al final de la lengua sobre de qué se trata, pero ahora mismo estamos entrando en la propiedad de Beaufort. Wren sale de la ventana por su lado y espero que pulse el timbre de la puerta, que está situada junto al dispositivo con un teclado y una cámara web, gracias a la cual se puede ver desde casa a cada visitante. Sin embargo, para mi sorpresa, saca la tarjeta magnética de la guantera del volante y se la pone al lector. La puerta se abre lentamente. Entramos en la entrada.

Al ver la limusina parada en la entrada de la mansión, mi estómago se revuelve.

—?Qué está pasando aquí?— Wren murmura a mi lado.

Sólo ahora es que veo el maletero abierto en el que Percy está metiendo una gran maleta.

Apenas puedo tragar mi saliva. Algo está mal.

35

Wren está aparcando. Cuando salimos. Lydia está en la puerta ahora mismo. Esconde su cara en sus manos, sus hombros temblando. James con una cara gris abraza su hombro. Le susurra algo al oído. Lydia asiente con la cabeza. Esta vista me recuerda las fotos del funeral. Estoy temblando.

Wren y yo intercambiamos miradas ansiosas, y luego caminamos hacia la casa. Cuando llegamos a la escalera que lleva a la puerta principal, Mortimer Beaufort está en el umbral. Su mirada helada me golpea como un golpe, pero ni siquiera él me impedirá correr hacia Lydia.

A mi vista, James abre bien los ojos.

—Ruby— susurra. —?Qué estás...?

Sacudo la cabeza negativamente y toco suavemente el hombro de Lydia. —Hey—, yo susurro.





Baja las manos. Está llorando, pero eso no es lo peor. La mitad de su cara está cubierta por un enorme moretón rojo y azul. Mi corazón está llegando a mi garganta. Me volteo para mirar al Sr. Beaufort.

Ni siquiera parpadea. No esperaba poder odiarlo más de lo que lo he odiado antes, pero ahora mismo, estaría feliz de lanzarme a él y forzarlo a sentir el sufrimiento que Lydia y James están sintiendo.

—?Qué ha pasado?— Wren está a mi lado y está liderando el camino entre James y Lydia. —?Para qué son estas maletas?

Los dos parecen sorprendidos.

—Lydia, ya es hora.— El Sr. Beaufort se está preparando. Pasa por delante de nosotros y camina hacia el coche. Abre la puerta en una demostración.

36





Mi padre sabe lo del embarazo. Yo... tengo que mudarme—, dice Lydia con dificultad. —Con mi tía.

—?Sobre el embarazo?— Las cejas de Wren están frunciendo el ce?o.

—Estoy embarazada.— Lydia susurra. —De Graham Sutton.

Wren la mira con la boca abierta, quiere decir algo, pero la cierra de nuevo. Al parecer, le ha dejado la boca abierta.

—?Lydia!— El Sr. Beaufort le ordena.

El pánico se eleva dentro de mí. Miro hacia atrás al auto.

—?Hay algo que pueda hacer para ayudar?— Le pregunto. El aire está saturado de atmósfera de despedida, y eso es algo que no puedo manejar en absoluto. Especialmente cuando llega tan inesperadamente. —?No hay nada que pueda hacer?— Me da pánico.





La cabeza de Lydia está girando negativamente y limpiándose las lágrimas de sus mejillas. —No. Me pondré en contacto contigo... tan pronto como recupere mi teléfono móvil.

—Está bien.

Lentamente se libera de los brazos de James y sube al auto.

Nunca me he sentido tan indefensa en mi vida.

—Ruby—, James dice en voz baja. Nuestras miradas se encuentran.

Tímidamente toma mi mano, y mueve su pulgar sobre ella. —Te juro que no envié esas fotos a Lexington.

Hay miles de pensamientos en mi cabeza. No sé en qué concentrarme.

Creo que James se siente de la misma manera.

—Mira, me gustaría explicártelo todo, pero no voy a dejar que Lydia 37

vaya a Beckdale con mi padre sola.— Me aprieta la mano helada. —Por favor, confía en mí.

Estoy pensando en todo lo que hemos construido en los últimos meses.

Sobre cómo nos prometimos que siempre seríamos honestos el uno con el otro, que siempre podríamos contar con el otro y no dejar que nada nos separara. No es el momento adecuado para tener una conversación seria. Y

aunque hace unas horas no creía que pudiera volver a mirarle a los ojos, ahora sé que estoy lista para escuchar sus explicaciones.

—No esperaré para siempre, quiero decir. Me has hecho mucho da?o hoy.

—Lo sé y lo siento mucho. Pero escúchame, por última vez—, me dice susurrando. Asiento y suelto su mano.

James mira a Wren.





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