Ciudades de humo (Fuego #1)

Además, era obvio que no estaba acostumbrado a disculparse. Se sentía un poco halagada por el hecho de que lo hubiera hecho con ella.

Pero quiso hacerse un poco la dura.

—?Por qué estabas enfadado?

—?Importa?

—A lo mejor.

—Alice...

—No me llames principiante —masculló—. Lo odio.

—Vale —accedió él al instante—. No lo haré.

Ella suspiró.

—Muy bien —dijo, al final—. Yo también lo siento. Es que... las clases de Deane me ponen de los nervios. No la soporto.

—Sí, bueno, bienvenida al club.

—Pero tú no la tienes de profesora —recalcó ella—. No tienes que soportar que te dé órdenes.

—Lo dices como si no me diera órdenes por el simple hecho de no ser su alumno.

Alice sonrió un poco.

—Hoy me ha dejado colgando del tobillo en el circuito durante un buen rato —murmuró de mala gana—. He tenido que soltarme yo sola.

—Lo importante es que lo has conseguido, no que ella sea una idiota.

—No entiendo por qué me odia tanto.

—En realidad... yo sí —dijo Rhett—. Desde que Max te transfirió con los avanzados no ha dejado de quejarse. Cree que no es justo para los demás.

Así que era eso.

Alice se quedó mirando un momento su plato de comida antes de sonreír, divertida.

—Pobre Kenneth —murmuró—. Dudo que se atreva a acercarse nunca más a la sala de tiro.

—Hay muchas cosas a las que desearía que no se acercara nunca más.

—No pareció que te cayera muy bien.

—Será porque no me cae nada bien.

—Sí, puede ser por eso.

Tras esa corta conversación, la tensión entre ellos desapareció. Alice no pudo evitar mirarlo cuando notó que Rhett carraspeaba, incómodo.

—?Por qué...? —empezó, pero se cortó a sí mismo.

—?Por qué, qué? —a ella le entró la curiosidad.

Rhett repiqueteó los dedos sobre la mesa un momento, algo incómodo.

—?Por qué no viniste anoche?

Trisha, al otro lado de la mesa, se atragantó con el agua y Jake tuvo que darle palmaditas en la espalda.

—Estaba cansada —dijo ella, bajando más la voz tras mirar a sus dos amigos con mala cara.

—?Era por eso?

—Sí, ?qué creías? ?Que me habían secuestrado por el camino?

—No, pensé que, después de lo que me habías dicho de... —hizo una pausa—. Olvídalo, es una bobada.

—?El qué?

—Olvídalo —repitió—. Me muero de hambre. Voy a por una bandeja y...

—Vaya, vaya —escucharon una voz femenina a sus espaldas—. Mira a quién tenemos aquí.

Los cuatro se dieron la vuelta a la vez. Deane los miraba con su típica sonrisa condescendiente.

Alice no supo qué decir, así que miró a Rhett, que había cambiado completamente la expresión a otra mucho más seria.

—?Esto son clases extra, Rhett? ?Qué le ense?abas exactamente?

—Nada que te importe, eso seguro. —Rhett le dio la espalda, poco interesado—. Deberías irte a descansar, tienes mala cara.

—Estoy bien, gracias por preocuparte. —Su mirada se clavó en Alice—. Tu entrenamiento de hoy ha sido peor que de costumbre. Quizá habría podido hablarlo contigo si alguien no lo hubiera impedido, ?no es una pena que no haya podido hablar con ella, Rhett?

—Como guardiana, deberías saber que una de las normas de la ciudad es no interrumpir las clases de los demás, Deane. Solo hacía mi trabajo.

—?Y ahora también lo hacías?

—?Y tú? —Rhett se volvió más hacia ella—. Pareces muy interesada en lo que hacía y en lo que no. Quizá podrías aprovechar este tiempo de charla para mejorar tus clases.

—?Y en qué aspecto deberían mejorar, si puedo saberlo?

—Quizá el problema radica en que tengas que preguntarlo.

A Deane se le había borrado la sonrisa. Fulminó con la mirada a Alice, que se encogió en su lugar.

—Esta es una charla privada entre guardianes, así que deberías marcharte a tu habitación.

Alice hizo amago de levantarse, pero Rhett le puso una mano en el hombro y la volvió a sentar. Jake y Trisha lo miraban todo como si fueran espectadores de una buena película.

—Está cenando —aclaró Rhett—. Y esta es la zona de alumnos. Déjala en paz.

Alice miró a Rhett, suplicando que parara. Deane la mataría al día siguiente en el entrenamiento.

—Principiante —dijo Deane sin dejar de mirar a Rhett, furiosa—, vete a tu habitación.

—No lo hagas, Alice —ordenó este, a su vez.

Alice se sintió como Jake unos minutos antes.

Se quedó sentada, dubitativa, y miró a Rhett en busca de ayuda. Pero él no parecía muy inquieto cuando siguió hablando.

—Y ahora, Deane, si me disculpas, estaba teniendo una charla con mi alumna. Te agradecería intimidad.

—Te recuerdo que también es mi alumna.

—Y yo te recuerdo que está en mi especialidad. —Rhett se dio la vuelta, dándole la espalda—. Buenas noches, Deane.

Alice vio que la guardiana, después de unos segundos de mirarlo fijamente, se marchaba de la cafetería hecha una furia. Notó que soltaba todo el aire que había estado reteniendo hasta ese momento, calmándose de golpe, pero el estrés volvió cuando miró a Rhett.

—?Te has vuelto loco? ?Ma?ana me hará puré en el entrenamiento!

—Tranquila, no lo hará —le aseguró Rhett, poniéndose de pie—. Nos vemos más tarde, Alice.

Los tres se quedaron mirándolo mientras iba hacia la barra de la cafetería, para llenar la bandeja. Alice solo volvió a la realidad cuando Trisha, delante de ella, empezó a reírse entre dientes.

—Así que te verá más tarde, ?eh?

Alice le lanzó la servilleta.

—Oh, cállate.



*



—?Por qué tú siempre tienes agua caliente? —preguntó Alice esa noche, en la habitación de Rhett, tras haber ido a lavarse las manos.

él estaba de pie, buscando entre sus películas, concentrado.

—Eso deberías preguntárselo a Max —respondió, sin mirarla.

—?No es tu habitación?

—Sí, pero él controla mejor que yo el tema de la fontanería, la verdad.

Se puso de pie y se sentó junto a ella en la cama.

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