—?Pues parece que no se te mete en la cabeza! ?Qué crees? ?Que voy a tener favoritismo contigo por haber venido a mi habitación alguna noche?
—?Ni siquiera sé qué demonios es eso de favirilitismo! —Alice lo empujó por el pecho con todas sus fuerzas y él retrocedió un paso, algo sorprendido—. ?Y si tantos problemas tienes con que vaya a verte, igual no debería ir nunca más!
—?Pues bien, no vuelvas!
—?Pues vale, no lo haré! —Sintió que él había ganado, así que siguió hablando—. ?Y me da igual lo que diga Jake de ti!
—?Pues genial!
—Y... ?te odio!
Alice se dio la vuelta, con el corazón bombeándole a toda velocidad, y escuchó los pasos de Rhett siguiéndola hacia la puerta.
—?Dónde vas? —preguntó él a su espalda.
—A mi habitación. —Ella no se detuvo.
—Tenemos entrenamiento, por si se te había olvidado.
—No se me ha olvidado, pero no me quedaré contigo si te comportas así.
—Vuelve aquí, principiante.
La chica se detuvo en seco y lo miró, furiosa.
—?ES ALICE, NO PRINCIPIANTE!
Rhett se detuvo, sorprendido por el grito, y no la siguió cuando empujó la puerta bruscamente y salió.
*
Durante la cena, Alice no dijo una palabra. Tenía la vista fija en el puré, que revolvía con la cuchara. Seguía enfadada y nerviosa.
Trisha bostezaba y comía sin prestar atención a nadie, y Dean y Saud discutían sobre algo de un juego. Jake fue el único que pareció darse cuenta de su estado de ánimo, pero prefirió no mencionarlo.
Al menos al principio, porque al cabo de un rato no pudo evitar acercarse a ella y susurrarle: —?Puedo preguntar por qué pareces tan contenta?
—No estoy contenta, Jake.
—Lo sé. —él puso los ojos en blanco—. Era irónico.
—Pues. No. Me. Gusta. La. Maldita. Ironía. —Ella clavó la cuchara en el puré con cada palabra.
—?Qué pasa, Alice?
—Nada. Ab. So. Lu. Ta. Men. Te. NADA.
Clavó otra vez la cuchara en el puré mientras Jake la observaba.
—Supongo que sé con quién has discutido, él tampoco parecía muy contento cuando nos ha dado la clase esta tarde. Casi ha asesinado a Jenell por equivocarse de balas. —Jake sonrió, pero ella no le correspondió—. ?Qué ha pasado?
—No sé de qué me estás hablando.
—De Rhett, Alice. Lo sabes perfectamente. ?Os habéis peleado?
—Algo así.
Ella clavó la cuchara en el puré por enésima vez, como si este tuviera la culpa de todos sus problemas.
Jake quería descubrir el porqué de la discusión, pero al final no siguió indagando. Ella, por su parte, miró hacia la mesa de instructores solo para descargar su furia en Rhett, pero no estaba en su sitio. Mejor, lo último que necesitaba en esos momentos era...
—Ven conmigo fuera.
Alice se detuvo con la cuchara a medio camino de su boca. Esa voz... ?En serio se atrevía a darle una orden después de lo sucedido? Rhett quería morir. E iba a hacerlo. Porque iba a apu?alarlo con la cuchara.
Trisha, Dean, Saud y Jake los miraban con las bocas entreabiertas. No estaba muy claro quién parecía más perplejo.
Pero Alice no respondió. De hecho, ni siquiera lo miró.
Continuó comiendo con aparente tranquilidad, aunque cualquiera que hubiera visto la fuerza con la que agarraba la cuchara se habría dado cuenta de lo enfadada que estaba todavía.
—?No me has oído? —insistió Rhett irritado.
Alice siguió sin inmutarse. Miró a su alrededor. Aparte de sus amigos, nadie más les prestaba atención. La ventaja de estar en la mesa más arrinconada de la cafetería.
—Deja de ignorarme, princip...
—Jake —dijo Alice lentamente—, ?has oído algo?
Este abrió mucho los ojos, como si por decir su nombre acabara de condenarlo.
—?Yo? Eh...
—Porque a mí me ha parecido —otra pu?alada a su puré— escuchar un ruido molesto detrás de mí.
—Venga ya. —Alice supo que Rhett había puesto los ojos en blanco.
—Jake, ?puedes decirle a tu instructor —hizo énfasis en la palabra— que se vaya por donde ha venido? Esta mesa ya está llena.
Jake miró a Rhett —al Rhett cabreado— y tragó saliva.
—No creo que pueda, la verdad.
—Jake, dile a tu amiguita —Rhett hizo énfasis también en la palabra— que, si no empieza a comportarse como una adulta, lo haré.
—Eh...
—Jake, dile a tu instructor que quien debería comportarse como un adulto es él.
—Pero...
—Jake, dile a tu amiguita que deje de decir bobadas y salga de la cafetería de una pu?etera vez.
—Jake, dile a tu...
—Esto es una bobada —escuchó maldecir a Rhett cuando apartó a Dean para sentarse a su lado e inclinarse hacia ella—. ?De verdad quieres hablar en medio de una maldita cafetería?
—Técnicamente —murmuró Jake—, estamos en una esquina...
Rhett clavó la mirada en él e hizo que se callara, y volvió a dirigirse a Alice.
—?Y bien? ?Tenemos que hablarlo aquí? ?O vas a salir ya?
Alice miró a los demás. Rhett también lo hizo, y muy significativamente.
—Podéis mirarme todo lo que os apetezca —Trisha enarcó una ceja—, yo no me muevo de aquí en el mejor momento.
Al final, Dean y Saud sí se fueron, arguyendo que tenían que comprobar algo de unas cartas, pero Trisha y Jake empezaron a comer con más lentitud para poder escucharlo todo, aunque fingían estar sumamente interesados en su puré.
Alice miró fijamente a Rhett.
—?Qué quieres? Más te vale ser rapidito. Tengo cosas que hacer.
—?En serio? ?Esa es la actitud con la que quieres empezar?
Alice se encogió de hombros, muy digna. Casi pensó que él iba a mandarla a la mierda y a marcharse, pero para su sorpresa se deslizó un poco más cerca de ella y bajó la voz, incómodo.
—Lo siento, ?vale? Estaba enfadado. Y lo pagué contigo. Perdóname.
Bueno, tenía que admitir que no se esperaba una disculpa tan rápida.
Alice sabía que uno de sus peores defectos era perdonar demasiado rápido y tuvo que asumir que, conociéndolo, solo por el hecho de haberse tomado tantas molestias en pedirle disculpas ya no merecía la pena estar tan enojada con él.