—Ya estarías muerta —le dijo él.
—?Ya estarías muerta? —lo imitó frustrada, intentando liberarse.
Y así estuvo una hora.
Efectivamente, Rhett terminó tan limpio como había empezado, mientras que ella llevaba rayas negras por todas partes, especialmente en la zona del cuello, que Rhett decía que era lo último que el enemigo debía alcanzar. Alice estaba de mal humor por no saber marcar a Rhett, pero la animó un poco haber aprendido a esquivar un ataque.
—Espero no encontrarme nunca con alguien armado con un cuchillo que quiera matarme —dijo Alice tras el entrenamiento.
—Si te pasa eso, huye.
—?Y si no puedo huir?
—Te escondes.
—?Y si no puedo esconderme?
—Grita para que te ayuden.
—?Y si no hay nadie para...?
—Pues sacas la pistola y le disparas en medio de las cejas, paranoica.
—Puedo fallar.
—Dudo que falles.
—?Y si no tengo pistola?
—Alice —él se incorporó y la miró—, cuando entré en la habitación el otro día, vi cómo inmovilizabas a un chico de lucha avanzada.
—Pero... no sé defenderme. Solo hice lo que tú le recomendaste a Jake. Bueno, y la tortuga.
—?Y qué te hace pensar que eso no es defenderse?
—No es aplicable a todo el mundo. ?Y si tengo que enfrentarme a alguien más ágil que yo?
Rhett la miró de arriba abajo con media sonrisa.
—Sabrás apa?ártelas.
Alice se mordisqueó el labio inferior, pensativa.
—?Vas a ir a la cena de Navidad?
—Es asquerosamente obligatoria.
—Sí, pero... me refiero a si irás con alguien.
—Sí, claro, con mi gran amiga Deane.
—?Qué? —Alice se quedó pálida.
—Pensaba que dominabas la ironía... —él empezó a reírse.
—?Rhett, hablo en serio!
—Los instructores no podemos ir con alumnos —aclaró él, mirándola.
Alice sintió que sus mejillas se calentaban un poco.
—?Y qué te hace pensar que iba a pedírtelo?
—?Sabes cuántas preguntas me has hecho desde que te conozco? Esa habría sido la más normal de todas.
—Pues vale. ?Y si un instructor quiere ir con otro?
—No creo que eso suceda.
—Pero... ?y si Tina quiere ir con Max?
—?Con Max? Un cactus le haría mejor compa?ía.
—?Qué es...?
—Déjalo. —él sonrió, dando un paso en su dirección—. ?Ibas a invitarme a salir?
—?Qué? No. Tú mismo has dicho que no puedo ir con los instructores.
—Bueno, no hay una norma escrita que lo diga, pero dudo que a Max le haga mucha gracia que aparezca con una alumna en la cena de Navidad.
—Entonces, supongo que iré sola. O con Davy.
Rhett la miró, interesado.
—?Quién es ese?
—Un amigo. Aunque... no sé si querrá ir conmigo.
—Sabes que puedes ir sola, ?no?
—Sí, Trisha lo mencionó.
—Eso de ir en pareja es una bobada —le aseguró Rhett—. Me recuerda a cuando iba al instituto. Era la misma mierda de tener que encontrar una cita, comprarte ropa...
—?Celebrabais cenas en tu instituto?
—Eran más bien bailes. Ponían música, comida, bebidas..., y tú podías aprovechar para bailar y meter mano a tu acompa?ante.
Alice no sabía qué era eso de meter mano, pero decidió no preguntar.
—Y ?fuiste con una chica?
—Sí. —Rhett apartó la mirada, pensativo—. Lo peor fue que se puso enferma en medio del baile y estuvo toda la noche en el ba?o, vomitando. Me perdí lo mejor de la fiesta.
—Suena fascinante.
—Mi peor recuerdo del instituto —aseguró—. Pero, al final, resultó ser simpática. Fuimos amigos por un tiempo.
—?Y qué pasó?
—Me enteré de que le gustaba y le dije que era mejor que nos diésemos un poco de espacio. Estaba claro que ella necesitaba ese distanciamiento para que se le pasara lo que sentía. Si no, habría sido peor.
A Alice le gustaba que le contara y compartiera con ella historias de antes de la guerra, así que lo siguió alegremente hacia la salida del almacén. Mientras él buscaba las llaves en sus bolsillos, no pudo evitar continuar preguntando.
—?Y no te gustó ninguna chica en el instituto?
—Gustar... —él lo pensó un momento—. Alguna hubo, pero nunca llegué a nada demasiado serio con ellas. Uno de los dos siempre terminaba aburriéndose del otro.
—Y ?cómo sabías que te gustaban?
—Me atraían... La mayoría por su físico, la verdad. Era muy superficial —admitió, cerrando el almacén con candado.
—?Y no hubo ninguna que te llamara la atención por su personalidad?
—Alice, yo no era tan abierto como para que me demostraran su personalidad.
—Ah.
Ella se quedó otro momento en silencio, reflexionando sobre la pregunta que realmente quería hacer.
—?Y yo te gusto? —soltó, finalmente.
él sonrió un poco, como si hubiera estado esperando que lo preguntara.
—Si no me gustaras no estaría aquí, hablando contigo.
—Te gusta mi físico —dijo ella.
—Y tu personalidad —aseguró él.
—?Eso significa que... puedo besarte??Cuando quiera?
—?Qué? —él se detuvo, divertido y sorprendido a la vez.
—Nunca he tenido una relación con nadie. Es mi primera vez. Necesito saber qué pautas seguir.
—No hay... pautas —aclaró Rhett—. Haz lo que sientas.
—Entonces... —Muy despacio, Alice empezó a acercarse a él.
—?ALIIICE! —exclamó Jake, apareciendo de golpe tras ellos. Su sonrisa se borró al verla cubierta de rayas de tinta negra—. Pero ?qué te ha pasado?
—Entrenamiento. —Ella dirigió una mirada significativa a Rhett—. ?Qué ocurre?
—Tengo un problema —él se rascó la nuca.
—?Cuál?
Jake miró a Rhett un momento, frunciendo el ce?o.
—Si quieres me voy, pero me lo contará Alice más tarde. —él se encogió de hombros, centrado en sus cosas.
—Da igual —Jake se acercó a ella—. Tengo un problema.
—Eso ya lo has dicho, Jake, ?qué pasa?
él pensó un momento.
—?Y si Riley me pide que la bese?
—No te preocupes por eso —murmuró Rhett, recibiendo un pisotón disimulado de Alice.
—Bésala —le dijo ella—. ?No te apetece?
—Sí, claro que me apetece, es que...
—?Qué?
—Verás... mmm...
—Jake...