—Sobre todo porque yo no la apreciaba y era adicto al trabajo. Dirigía el Departamento de Historia del Instituto Jefferson y entrenaba tres equipos. Nunca estaba en casa y ella se sentía sola. Y además dejé de cuidar mi apariencia y engordé. Pero también estoy trabajando en eso y deseo ir a un consejero matrimonial, como ella quería, porque ahora soy un hombre nuevo.
—?Fijasteis una fecha?
—?Una fecha?
—Sí, una fecha para finalizar el período de separación.
—No.
—O sea, que el período de separación podría seguir indefinidamente.
—En teoría, sí. Especialmente porque no estoy autorizado a ponerme en contacto con Nikki o con su familia.
—?Cómo es eso?
—Hum… realmente no lo sé. Quiero decir, yo quiero a mi familia política tanto como a Nikki. Pero no importa, porque pienso que Nikki regresará antes o después y entonces lo arreglaré todo con sus padres.
—?En qué te basas para pensar eso? —me pregunta de manera amable y con una sonrisa en la boca.
—Creo en los finales felices —le digo—, y siento que esta película ya ha avanzado suficiente.
—?Película? —dice el doctor Patel.
Cuando lo miro pienso que es exactamente igual que Gandhi; solo le falta llevar las mismas gafas que él y la cabeza rapada. Además, estamos allí sentados en los sillones de una habitación alegre y Gandhi está muerto, ?no?
—Sí —digo—. ?Nunca te has percatado de que la vida es como una serie de películas?
—No. Explícamelo.
—Bueno, tienes las de aventuras. Todas empiezan con problemas, pero luego los admites y te conviertes en mejor persona, después de trabajar duro. Eso es lo que fertiliza el final feliz y hace que florezca. Como el final de las películas de Rocky, Rudy, Karate Kid, La guerra de las galaxias, la trilogía de Indiana Jones y Los goonies, que son mis películas favoritas. Aunque ahora no voy a ver películas, no lo haré hasta que Nikki regrese porque mi vida es la única película que voy a ver y que siempre está funcionando. Además, ahora sé que es el momento de que llegue el final feliz porque he mejorado mucho gracias al ejercicio, la medicación y la terapia.
—Ya veo —dice el doctor Patel sonriendo—. A mí también me gustan los finales felices.
—Así que estás de acuerdo conmigo. ?Piensas que mi mujer volverá pronto?
—El tiempo lo dirá —contesta el doctor Patel, y desde ese momento sé que Cliff y yo nos llevaremos bien, porque él no predica el pesimismo como el doctor Timbers o los empleados del lugar malo. Cliff no me dice que debo afrontar la que él cree que es mi realidad.
—Es gracioso, porque todos los otros terapeutas a los que he ido me decían que Nikki no volvería. Incluso después de haberles contado cómo había mejorado y cómo estaba esforzándome, ellos seguían ?chafándome?, como decía mi amigo negro Danny.
—La gente puede ser cruel —explica con una mirada compasiva que hace que confíe en él todavía más. En ese momento me percato de que no está anotando todo lo que yo digo en una libreta, y eso es algo que aprecio de verdad.
Le digo que me gusta la habitación y charlamos acerca de lo que me gustan las nubes y de cómo la mayoría de la gente pierde la capacidad de ver rayos de luz cuando hay nubes, aunque siempre están ahí, encima de nosotros, casi cada día.
Le pregunto cosas sobre su familia, para ser amable, y descubro que tiene una hija cuyo equipo de hockey sobre hierba va segundo en la liga del sur de Jersey. También descubro que tiene un hijo en primaria que quiere ser ventrílocuo y que incluso practica por las noches con un mu?eco de madera llamado Grover Cleveland (quien, por cierto, fue el único presidente de Estados Unidos que ejerció en dos períodos no consecutivos). Realmente, no entiendo por qué el hijo de Cliff ha llamado a su mu?eco de madera con el nombre de nuestro presidente número 22 y 24, pero esto no se lo digo. Después, Cliff me dice que tiene una mujer que se llama Sonja, que fue quien pintó esta habitación tan maravillosamente bien. Esto nos lleva a una discusión sobre lo increíbles que son las mujeres y lo importarte que es cuidar a tu mujer mientras la tienes, porque si no lo haces puedes perderla rápidamente, y es que Dios quiere que valoremos a nuestras mujeres. Le digo a Cliff que ojalá nunca tenga que experimentar un período de separación y él me dice que espera que el mío termine pronto, y lo que dice es muy agradable.