Levanto los ojos y de repente veo cuánta tristeza hay en Percy.
Recuerdo lo que dijo Ruby. Que todo fue muy difícil para él, tanto la muerte de mi madre como la mudanza de Lydia y mía. Es nuestro empleado, sí, pero también un miembro de la familia. Y significaba tanto para mamá que ella confiaba en él infinitamente.
—?Crees que esta llave y la extra?a conversación de mi padre tienen algo que ver?— Por fin pregunto.
Se encoge de hombros.
—No lo sé. Pero sé que tu padre está ocultando algo.
Giro la llave en mi mano, luego busco mi billetera, la abro y escondo la llave detrás de la lista de Ruby. Encuentro la vista de Percy.
—Voy a averiguar de qué se trata.
—Esperaba que dijera eso, Sr. Beaufort.
326
28
Me siento en los fríos escalones de la residencia Beaufort y miro mi reloj. James escribió hace más de una hora que iba a volver y me pidió que viniera. No dudé ni un momento.
Fui honesta con él esta tarde. Quiero ser un apoyo para él, y como ya ha tenido una reunión de pesadilla con la compa?ía esta tarde, que tenga una noche encantadora antes de que todo vuelva a empezar.
No espero mucho tiempo. Pronto veo el Rolls-Royce en la entrada.
327
Me levanto, aliso mi falda, me sacudo las partículas de polvo invisibles.
Percy para el coche justo en la entrada. James se baja. Aunque sé que no le gusta este atuendo, no puedo negar que está fantástico con el traje gris de Beaufort que se puso. Parece que está hecho a medida. Apenas puedo tragar mi saliva cuando muevo mis ojos más alto y veo su sonrisa amenazante.
En el próximo momento está conmigo y me sujeta con fuerza.
—Hey,— me susurra al oído y me besa la cabeza.
Lo abrazo un rato más y luego me inclino para mirarlo.
—?Cómo fue?— Pregunto con cuidado y toco su cuello con mi mano.
—Vámonos.— Se?ala la casa. —Te lo contaré todo.
Todavía está mirando a Percy, que acaba de salir del coche, despidiéndose de él.
Pero me toma la mano y subimos las escaleras juntos. James abre la puerta, pero antes de que entremos, Mary se acerca y nos mira con expectativa.
—Mary, nos gustaría que Ruby y yo tuviéramos un poco de privacidad hoy— James habla. —Es mejor que nadie suba.
Siento que me estoy sonrojando, como el ama de llaves cuya cara se sonroja con manchas rojas. Las palabras de James me desequilibran por completo mientras lo sigo arriba y me dirijo a su habitación. él mira detrás de sí cuando entramos, y cuidadosamente cierra la puerta detrás de él.
Espero que me empuje contra la pared y me bese hasta que pierda el aliento, pero mete la mano en el bolsillo y saca su billetera.
—Necesito mostrarte algo.— Dice las mismas palabras que escribió 328
antes en el SMS.
—?Qué es lo que pasa?— Pregunto.
—Después de la reunión de la junta, se suponía que Percy me traería a casa, pero en el camino hicimos una parada en un peque?o pub. Me dijo algo sobre mi padre. Algo que podría cambiarlo todo.
Abre su billetera y saca algo de ella. Una llave diminuta. él me la pasa, yo giro la llave en mi mano. No es nada especial. Es la llave más ordinaria del mundo.
—?Para qué?— Pregunto tímidamente.
—Mamá se lo confió a Percy hace a?os.— Dice rápidamente, frenéticamente se aparta de la puerta, va y se quita la chaqueta, la tira en el sofá, desata la corbata y me mira. —También dijo que justo después
de la muerte de mi madre llevó a mi padre con un abogado. Mi padre recalcó que era un asunto urgente y pidió discreción.
Ni siquiera me di cuenta cuando dejé de respirar. —?Y qué se supone que significa todo esto?
James tira su corbata en el sofá. Le siguen los gemelos. Se sube las mangas hasta los codos. —Tenemos que averiguar lo que mamá quería ocultar a papá. Tal vez esta llave tiene que ver con su secreto. Tal vez...
—Se está rompiendo, apretando los labios en una línea estrecha.
Me enderezo, me acerco a él, le toco sus mejillas calientes, me subo a sus pies y le beso brevemente. Lo miro seriamente.
—Averiguaremos para qué es esta llave.
James apenas puede tragar saliva y asentir con la cabeza. La esconde en el bolsillo del pantalón.
329
—
Mi padre se queda en Londres esta noche. No tendremos mejor oportunidad de revisar las cosas de mamá que ahora.
Me quito la chaqueta y salimos de su habitación. Volvemos a las escaleras. Seguimos, a la parte de la casa donde no he estado antes. El pasillo es al menos tan largo como el de las habitaciones de James y Lydia, pero sólo hay una puerta. Nos detenemos. James respira profundamente. Y luego presiona el mango y las enormes puertas de madera ceden bajo su presión.
Parece prohibido entrar en esta habitación y tengo la impresión de que cada latido de mi corazón hace eco. Miro a mí alrededor sin aliento cuando James cierra la puerta detrás de nosotros. Estamos en un pasillo estrecho, a la derecha hay un tocador y un espejo iluminado, a la izquierda la puerta, que probablemente conduce al ba?o. James entra en el dormitorio. Lo sigo.
—No puedo recordar la última vez que estuve aquí, confiesa.
—Susurra igual que yo, teme que alguien nos atrape en cualquier momento. Se acerca a un escritorio junto a la ventana. —A mamá siempre le gustaba mirar afuera cuando trabajaba. Se quejaba constantemente de que en mi habitación el escritorio estaba junto a la pared. —él mira las cartas en el escritorio, las observa brevemente.
—Ahora prefiero mirar por la ventana también. Cuando tenga mi propio apartamento, así será.
Me acerco, acaricio tiernamente su espalda. —?Empezamos?
— pregunto.
James pasa con su mano en las cartas, y luego afirma con la cabeza.
—Aquí vamos.
—Ya que estamos aquí...— Hablo y me inclino sobre los cajones del 330
escritorio.
Estoy buscando la vista de James.