Asiente con la cabeza, pero no habla durante mucho tiempo.
—Nunca hablamos de lo que nos sucederá después de la graduación...— él empieza.
Apenas puedo tragar mi saliva. Hasta ahora, no me he permitido pensar en tal conversación. No después de todo lo que hemos pasado. No 246
quería pensar en otro desafío en un futuro próximo, ya que acabamos de superar muchos obstáculos.
—Escucha, me gustaría comprar este apartamento—, dice abiertamente. Mi corazón está acelerado, la sangre está literalmente zumbando en mis oídos.
—?Perdón?
Hay una certeza en su vista que me molesta, por un lado, y me da una sensación de seguridad por el otro. Mete la mano en el bolsillo del pantalón y saca su cartera de cuero, de la que saca una hoja de papel doblada. Se amarillea en las esquinas, parece que toma el color de la cartera. James despliega la hoja y entonces veo lo que es.
Su lista.
La misma que escribimos en Oxford esa noche cuando lo explicamos todo. Esa noche, cuando estábamos tan cerca el uno del otro como siempre.
Está muy acentuada, como si la hubiera doblado un montón de veces.
—?Te acuerdas?— pregunta.
—Por supuesto—, respondo.
—Fuiste la primera en hacerme creer que hay sue?os por los que vale la pena luchar.
—James...— Susurro.
él está esperando que yo diga algo más, pero solo miro la lista en su mano.
—Me gustaría hacer todo lo de esta lista. Realmente todo. Quiero 247
saber qué es lo que el mundo ha preparado para mí. Sé que tu camino está claro y el mío no, pero todo el tiempo me preguntaba cómo podríamos estar juntos después de la escuela. Cómo podemos realizar nuestros sue?os sin perdernos a nosotros mismos—. Puedo ver cómo apenas puede tragar saliva.
Mi corazón late como loco. Le aprieto la mano tan fuerte que probablemente le haga da?o, aunque no sabe nada de mí.
—?Puedo mostrarte algo?— pregunta.
Asiento con la cabeza, paralizada y aturdida por sus palabras. James se acerca al escritorio, se sienta, abre su bolso y saca su macbook. Lo inicia, introduce la contrase?a y abre el navegador.
Me paro detrás de él, demasiado rápido para que pueda leer algo.
Menos de tres segundos después, se abre una nueva página.
Un blog cuyo título está en la parte superior en letras brillantes: Más allá de Beaufort
El dise?o es simple, transparente, en tonos de grises y azules suprimidos. En la parte superior de la portada se lanza una presentación de diapositivas.
Me rebobino y contengo la respiración.
En la pesta?a "James Beaufort" se puede ver su foto, que no he visto hasta ahora. Tiene una camisa negra. La foto es en blanco y negro, pero sé inmediatamente que fue tomada en nuestro jardín. Incluso si no hubiera traicionado a este manzano del fondo, habría descubierto la firma del fotógrafo en la esquina inferior derecha: Ember Bell.
Primero miro con incredulidad al monitor, luego a James.
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Está respirando fuerte
—Me gustaría intentarlo, Ruby. Me gustaría seguir la lista que escribimos juntos. Quiero saber cuál es mi pasión, y quiero tiempo para ello. Quiero viajar y explorar el mundo—, dice rápidamente. Incluso las palabras salen a borbotones. Se da la vuelta en su silla, me mira a los ojos. —Pero sobre todo te quiero a ti.
Estoy aturdida. Intento organizar mis pensamientos, pero sus palabras me desconcertaron totalmente. Intento responder algunas veces, pero sigo interrumpiéndome porque no sé cómo expresar mis sentimientos con palabras.
Al final, mi única reacción es una risa sin aliento.
—Lo siento, ?y cuándo aprendiste a usar WordPress?
Parpadea sorprendido y luego sonríe levemente. —Ember me estaba dando clases particulares.
Todavía sorprendida, estoy mirando el título de la página. Me agacho, me desplazo hacia abajo de la página nuevamente. No hay mucho contenido aquí, algunos comentarios y enlaces a otros blogs, pero ya puedo imaginar a James llenando el espacio vacío con sus experiencias.
Al pensar cuánto significa este a?o para él, mi corazón late más rápido.
Ya no pienso más, camino alrededor de la silla y me siento en su regazo.
Lanzo mis brazos alrededor de su cuello, cierro los ojos y lo sostengo cerca de mí.
Me acuerdo del chico que conocí en septiembre. Muy introvertido, abrumado por la carga de las obligaciones familiares; ese chico nunca creería que tenía la oportunidad de un futuro que él mismo construiría.
—Fantástica idea—, susurro con los labios alrededor de su cuello.
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James me abraza y me atrae hacia él.
—Me alegra que pienses de esa manera. Estaba muy asustado.
Yo...— Tartamudea por un momento. —Ruby, todo es gracias a ti. Me diste la fuerza para escucharte y pensar en lo que realmente quiero hacer después de la escuela. Y por eso siempre te estaré agradecido.
Me recuesto un poco para mirarlo a los ojos. Paso mi mano por su cuello, encuentro su mandíbula, sonrío, aunque al mismo tiempo tengo lágrimas en los ojos.
—Bueno, ?pero el departamento no te limitará?— Pregunto sin aliento. —?Si quieres viajar?
él sacude la cabeza lentamente. Pasa su mano sobre mi muslo. Este toque también me calma y me estimula.
—Mi madre siempre dijo que los bienes raíces son una inversión — responde él. —Cuando venda mis acciones en Beaufort, todavía tendré que invertir algo de dinero que no gastaré en viajes. No estaré en camino todo el a?o, así que tengo que vivir en algún lugar de Inglaterra.
Además, estarás en Oxford, así que no puedo imaginar un lugar mejor.
—James, no hagas esto por mí—, le susurro.
—No quiero que nos separemos. Esta es una se?al, Ruby. Lo he pensado seriamente y después de la graduación quiero estar contigo.
La peque?a oficina de repente parece mucho más grande. El mundo entero está creciendo cuando James me mira a los ojos y dice estas palabras.
—Yo también quiero estar contigo.— Confieso igualmente en voz baja.