La otra chica cambió la expresión por completo. Pasó de mirar a Alice como si quisiera matarla a llorar. Alice se quedó tan desconcertada que no supo qué hacer. La chica sollozaba como una histérica. Trisha puso cara de asco.
—?Me estaba amenazando! —gritó, se?alando a Alice.
—?Quién te amenazaba? —Rhett ni se había inmutado.
—?Ella, la rara! ?Quién va a ser? Está loca. Decía que esta era su cama e intentaba sacarme por la fuerza.
Rhett miró un momento a Alice, que seguía sin poder creerse lo que veía.
—?Eso no es cierto! —exclamó indignada, dando un paso hacia la otra.
Rhett la detuvo.
—Principiante —le dijo, y sonaba a advertencia.
—Pero... ?no es justo! Ellas eran las que...
—Principiante —repitió, mirándola fijamente—. Retrocede. Ahora mismo.
Alice lo miró, perpleja y enfadada. ?En serio iba a creer a esa chica? Dio un paso atrás y se cruzó de brazos, apartando la mirada.
—Jake —dijo Rhett, mirándolo—, ?qué ha pa...?
—?Y se lo preguntas a él! —La chica, que todavía hacía pucheros, puso los ojos en blanco.
—Vuelve a interrumpirme, Annie, y las peleas de las ma?anas serán el menor de tus problemas —le aseguró Rhett con una mirada que la hizo retroceder, antes de volverse de nuevo hacia el chico—. ?Y bien?
él le contó exactamente lo que había sucedido. Alice miraba fijamente a Rhett, indignada por no haber dejado que fuera ella quien lo contara. él solo le devolvió la mirada cuando Jake terminó su explicación.
—?Es eso verdad? —le preguntó.
—?Ahora importa mi opinión? —masculló ella en voz baja.
Rhett enarcó una ceja, irritado, y ella hizo lo mismo, pero mirando al suelo —intimidaba menos que él—. Al final, se limitó a asentir una vez con la cabeza.
—Bien. —El guardián se volvió hacia Annie—. Veinte flexiones.
—Ay, grac... Espera, ?qué? —Ella dejó de lloriquear para mirarlo, enfadada—. ?Ni siquiera has escuchado mi versión!
Por la cara de Annie, Alice dedujo que Rhett le estaba dedicando esa mirada que podía dar verdadero miedo. La que usaba en las clases.
—?Estás sorda, principiante? —preguntó.
Annie negó rápidamente con la cabeza.
—Entonces, ?por qué todavía no estás en el suelo haciendo flexiones?
Y, claro, ella se apresuró a agacharse y empezar a hacerlas.
—Trisha, asegúrate de que las hace todas. —Esta pareció encantada con el encargo. Rhett miró a Alice—. Y tú, recoge tus cosas.
Eso la dejó completamente descolocada por un momento.
—?Mis cosas? ?Por qué?
—?Tengo cara de pretender darte explicaciones?
Genial, estaba de mal humor. Bueno, ?ella también!
Alice miró a Jake en busca de una explicación, pero él solo se encogió de hombros. Totalmente confusa, se dirigió a su colchón y vio que la gente se iba apartando a medida que pasaba Rhett. Algunos ordenaron sus rincones a toda velocidad para que él no los viera hechos un desastre, pero la verdad es que no parecía estar prestándoles mucha atención. Solo se detuvo junto a la cama de Alice y la miró fijamente mientras recogía sus cosas.
Lo metió todo en una bolsa peque?a que le había dado Tina el primer día. Tampoco es que tuviera muchas pertenencias, así que apenas tardó unos minutos. Finalmente, se colgó el macuto del hombro y Rhett, al verlo, salió de la habitación sin siquiera asegurarse de que lo seguía. Alice lo hizo, claro. Y ninguno de los dos dijo absolutamente nada mientras empezaban a bajar la escalera.
De todas formas, Alice no pudo aguantar mucho tiempo en silencio.
—?Puedo preguntarte una cosa?
—No.
—Ah... —Enrojeció—. Yo...
Rhett se detuvo, suspiró y la miró de muy mal humor.
—Más te vale que no sea una bobada.
—No lo es.
Se quedó en silencio un momento y él se impacientó.
—?Te crees que tengo todo el día para esperar o qué?
—Es que, si me hablas así, se me quitan las ganas de preguntar.
Rhett le dedicó una mirada que, de haber sido posible, habría hecho arder la ciudad entera.
—Alice, te aseguro que este no es el mejor momento para que me cabrees.
Era la primera vez que la llamaba por su nombre, ?y tenía que hacerlo en ese preciso contexto! Ella agachó la cabeza, avergonzada.
—Entonces..., ?te lo pregunto o no?
Silencio. él cerró los ojos unos instantes antes de mirarla.
—?Qué quieres? —soltó, con toda la suavidad que pudo reunir.
—?Qué es una tabla de planchar?
Rhett la miró un momento, todavía enfadado, y después frunció el ce?o.
—?Eh?
—Esa chica me ha llamado tabla de planchar.
—?Tabla de planchar? —repitió, y puso una mueca de irritación—. Debería haberle dicho que hiciera cuarenta flexiones en lugar de veinte.
—?Qué es?
—Mira, Alice... —Parecía muy incómodo—. Es... No les hagas caso. Son solo crías.
—Y yo también.
—No, tú ya estás... Eh... Quiero decir... —Se rascó la nuca. Alice había advertido que solía hacerlo cuando se ponía nervioso—. ?Por qué tienes que preguntarme siempre a mí este tipo de cosas?
—Porque Jake me dice: ?Pregúntale a Rhett, él sabrá más del tema?.
—Tengo que hablar con ese ni?o.
—Pero ?qué significa que soy una tabla de planchar?
—A ver... —Rhett lo pensó un momento—. Quiere decir que no..., que..., bueno, que no tienes... pechos.
Alice agachó la mirada y frunció el ce?o.
—?No tengo?
—?Eh?
—Sí, sí tengo. Mira.
—No, no voy a mirar.
—?Por qué no?
—Esta conversación termina aquí.
—Pero...
—He dicho que la conversación se terminaba aquí —volvió a su tono enfadado de antes.
—Vale. —Ella levantó las manos en se?al de rendición—. Si quieres, podemos hablar de que no me has dejado explicarme.
—Ni a Annie tampoco, pero eso no te ha preocupado tanto.
—?Deberías haberme preguntado a mí, te habría dicho la verdad!
—Cuando hay peleas siempre pregunto a alguien que no esté involucrado. No puedo hacer excepciones con nadie. Ni siquiera contigo.
Rhett respiró hondo y se acercó a la puerta del piso en el que se habían detenido.
—Te han pasado al grupo de avanzados —a?adió, mirándola.
—?A mí?
—No, Alice, al papa.
—?Quién...?
—Ni se te ocurra preguntar.